Russia Beyond the Headlines | Científicos rusos han empezado a testear en perros la respiración líquida, que permite llenar los pulmones de un líquido especial rico en oxígeno disuelto que penetra en la sangre.

 

"Vimos cómo metieron a un perro salchicha en un matraz grande cabeza abajo. En un primer momento pensamos que el animal se ahogaría, pero no fue así. Estuvo bajo agua durante 15 minutos", relató Ígor Cherniak en el periódico Rossiysskaya Gazeta.

 

"Cuando lo sacaron, estaba un poco lánguido, según dicen, a causa de la hipotermia (y claro, digo yo que a quién le gustaría estar en un tarro de agua a la vista de todos), pero al cabo de unos minutos se recuperó totalmente", explicó.

 

El encargado de desarrollar esta tecnología es el Instituto Ruso de Investigación Científica de Medicina del Trabajo, que antes de probar con perros experimentó con ratas y otros animales de pequeño tamaño, todos los cuales han soportado sin problemas la inmersión en hidrocámaras especiales de alta presión.

 

Según Vitali Davídov, subdirector general de la Fundación para las Investigaciones del Futuro, la organización encargada de financiar el experimento, actualmente los perros pueden permanecer bajo el agua durante media hora a una profundidad de hasta 500 metros.

 

 

Se espera que esta iniciativa se use para tareas de salvamento de tripulación de submarinos a grandes profundidades, al facilitar a los buzos un ascenso más rápido a la superficie, evitando la aeroembolia, que aparece al regresar a la superficie demasiado rápido por un descenso brusco de la presión. Asimismo, podría ser utilizada por pilotos y astronautas.

 

El proyecto de respiración mediante líquido, añadió Davídov, ya se había puesto sobre la mesa hacía algunas décadas, pero por entonces no se le encontró un uso práctico.

 

Actualmente, siguen surgiendo preguntas para los investigadores: hay que escoger los componentes del líquido, concluir cómo introducirlo y extraerlo del organismo y asegurar la salida del dióxido de carbono.

 

Sin embargo, la tarea más importante es la de superar la barrera psicológica que supone respirar bajo el agua, lo cual conlleva la posibilidad de ahogarse voluntariamente.