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Reeditan la obra de Carson McCullers, la escritora que dio vida a los deformes, enfermos e inadaptados
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Télam | 9 Agosto, 2017 - 10:36
Las letras de la estadounidense registran el espejo roto de la normalidad en el ámbito doméstico de los antiguos Estados Confederados, un mundo convulsionado en el marco del proceso de cambio de un modelo agrario a otro industrial.
La recuperación de la obra completa de Carson McCullers, una las escritoras clave del siglo XX, llega en el marco del 100 aniversario de su nacimiento y los 50 años de su muerte. Son siete libros con ilustraciones de Sara Morante que el sello Seix Barral lanza durante agosto con motivo de la doble efeméride, prologados por Elena Poniatowska, Rodrigo Fresán y Elvira Lindo, entre otros.
Estas nuevas ediciones, que cuentan con un epílogo, inédito en español, de Tennessee Williams, también están prologadas por Paulina Flores, Jesús Carrasco y Cristina Morales.
La colección abre con "El corazón es un cazador solitario" (1940), primera y emblemática novela con que a los 23 años una chica de provincia, Lula Carson Smith, dio a conocer la magnitud de su talento. El andrógino McCullers lo tomó de su dos veces marido Reeves McCullers.
Esta novela justifica las palabras de Graham Greene sobre la autora: "McCullers y quizá William Faulkner son, tras la muerte de D. H. Lawrence, los únicos escritores con una sensibilidad poética original. Prefiero a Carson McCullers porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje".
Allí ya se encuentran los deformes, enfermos e inadaptados con los que la escritora registra el espejo roto de la normalidad en el ámbito doméstico de los antiguos Estados Confederados, un mundo convulsionado en el marco del proceso de cambio de un modelo agrario a otro industrial.
Sus personajes "son poca cosa -escribe Poniatowska en el prólogo de su autoría-, varones y mujeres, viejitos, negritos que se quedaron a medio camino o mejor dicho nunca supieron cuál es el camino. Todos avanzan sobre la cuerda floja, son frágiles, pacientes, simples, carecen de todo. Ni buenos ni malos, viven a la intemperie, cada día más frágiles".
Ubicada junto a grandes como Faulkner, Truman Capote, Eudora Welty, Flannery O’Connor, y Comarc McCarthy dentro de lo que se denominó "gótico sureño", su principal diferencia con ellos es haber expresado la ruptura de la normalidad con gran candidez, probablemente por la edad temprana en la que comenzó a escribir.
Nieta de un héroe confederado e hija de un joyero del sur, de niña McCullers sufrió fiebre reumática y una afección pulmonar mal diagnosticada que deterioró mucho su salud, provocándole prolongadas internaciones y una renguera que parece ser lo único que la limitó en vida.
"Toda su vida fue de escritura y de amor al destino de los que viven en los estados del Sur", resume Poniatowska y especula: tanto McCullers como O'Connor, quienes "se detestaban" mutuamente, "enfrentaron con gran entereza una muy mala salud, y por esa razón supieron captar el dolor ajeno, la violencia, la desadaptación y el brutal rechazo a los negros".
"Su vida refleja una libertad sin más límites que los de su pésima salud", agrega Poniatowska sobre esta autora que dejó el piano para estudiar escritura creativa en Nueva York, y que tuvo una vida tan intensa como sus historias: amiga de los Bowles y de Tennessee Williams, tuvo affaires con escritoras como Katherine Anne Porter y Annemarie Schwarzenbach.
Del mismo modo, como la señora Penderton de "Reflejos en un ojo dorado" (otra de las nouvelles reeditadas por Seix Barral) se casó con un militar homosexual, Reeves McCullers, con quien mantuvo una relación tormentosa (ambos eran alcohólicos), que terminó con el suicido de él.
La colección se completa con los títulos "Frankie y la boda", "La balada del café triste" y "Reloj sin manecillas", novela cuestionada por la crítica que a su vez triunfó en el teatro, de la mano de Tennessee Williams.
Además, aparecerá "El aliento del cielo", libro que reúne todos sus cuentos y tres nouvelles; y los póstumos "Iluminación y fulgor nocturno", una autobiografía que dictó meses antes de morir siguiendo asociaciones espontáneas; y "El mudo y otros textos", libro que recupera ensayos de literatura y el cuento "El mudo", donde comenzó a delinearse el perfil de John Singer, personaje más icónico de "El corazón...".
"El tema en ella es el amor con mayúsculas, entendido como una fuerza que rige, destruye o enaltece a los seres humanos. Toda su obra tiene eso en común, desde los cuentos más domésticos y sentimentales hasta 'Reflejos...', que es como el David Lynch antes de Lynch", dice a Télam Rodrigo Fresán desde su casa en Barcelona.
A su entender, McCullers "tiene esa especie de juego de apariencias y perversión donde nada es lo que parece, todo es aparentemente normal, entra en los márgenes del orden y la disciplina de cara al público, pero esconde cosas oscuras y prohibidas".
"La leí a los doce años, y cuando dije que sí para hacer ese prólogo, a mis 40, sentí una inquietud tremenda, y después de tantos años me pareció mejor que nunca. Ahora, a los cincuenta y pico me sigue produciendo el mismo efecto que Salinger, Scott Fitzgerald o Vladimir Nabokov, escritores que son para toda la vida", resume Fresán.
"Lo que me impacta de McCullers es el efecto, algunos escritores provocan algo más frío, cerebral o didáctico, y con ella nunca sabremos cuál es el ingrediente secreto".
En este sentido, la psicoanalista Neo Poblet añade que "lo interesante es que McCullers pone el foco en el malentendido, lo cual es genial porque el malentendido es estructural al lenguaje. Uno dice algo que otro interpreta y sus textos recorren ese camino".
"Mediante una escritura precisa y honesta, hace una interiorización muy profunda de sus personajes, quienes se observan entre ellos y nunca llegan a entenderse del todo, ni a dominarse", grafica.
A su entender, "hay algo en relación a su inocencia que la dota de un poder casi sobrenatural para captar cuestiones en relación a la existencia y lo vincular, una agudeza impecable que crea una atmósfera tensa e incierta, a punto de estallar.
"McCullers tenía diecisiete años y muy mala salud cuando le pidió a un primo bibliotecario que le diera todo lo que debía leer de la literatura universal, así se acercó a los rusos y los norteamericanos. Si hoy solicitáramos lo mismo ella estaría en esa lista. Es una escritora para recomendar, no falla, te entretiene y te cambia para siempre", agrega la también psicoanalista Laura Galarza.
"Y con motivo del doble aniversario este año también está en la lista de los libreros, historias muy entretenidas, fáciles de leer, que tienen la particularidad de llevarte por lugares internos poco explorados y muy profundos de la existencia. Así como Berenice, la cocinera de 'Frankie y la boda', la charla discurrirá sobre un eje de lectura ambivalente: la verdad es oscura y difícil. Lo falso, bello", añade.