Colombia comenzó a analizar una propuesta de un inversionista para sacar a la superficie el galeón español San José y su carga hundida hace más de 300 años frente a la histórica ciudad caribeña de Cartagena, anunció el presidente Juan Manuel Santos.

 

El San José, una embarcación del símbolo del imperio español hundida en 1708 a cañonazos por piratas ingleses con un cargamento de oro, plata y esmeraldas frente a las costas colombianas, fue encontrado en noviembre del 2015, poniendo fin a una larga exploración que desató litigios con una empresa buscadora de tesoros de Estados Unidos.

 

"Hoy puedo anunciar a los colombianos y al mundo entero que luego de más de dos años de cuidadosa estructuración, ya contamos con una propuesta que cumple con los más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos para el conocimiento del patrimonio cultural", dijo Santos.

 

Durante un conservatorio en Cartagena, el mandatario precisó que el galeón será recuperado con recursos de una Asociación Público Privada (APP) y que el 14 de julio se realizará una audiencia pública en la ciudad, en la que se presentarán los términos de la propuesta.

 

Otros interesados podrán mejorar la propuesta inicial y el Gobierno contratará el que mejores beneficios presente. El hallazgo del galeón desató un litigio con la empresa Sea Search Armada (SSA) que dijo haberlo localizado, versión que negó Bogotá.

 

España se sumó a la disputa y defiende la propiedad de la embarcación, argumentando que es un buque de guerra con pabellón de Estado y con inmunidad soberana bajo la convención de Naciones Unidas de Derechos del Mar, que Colombia no integra.

 

Además, el gobierno español asegura que se trata de una tumba marina en la que yacen los restos de 570 connacionales, y que de acuerdo con otra convención de Naciones Unidas debe respetarse. Pero Colombia tampoco ha suscrito ese pacto.

 

Colombia y España no han logrado un acuerdo sobre la propiedad del galeón. El gobierno colombiano argumenta que la embarcación le pertenece por encontrarse en su lecho marino, aunque está dispuesta a compartir el patrimonio arqueológico.