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Rodrigo Jarpa, sexólogo: “el deseo espontáneo es una falacia”

Por Loreto Oda Marín | 8 Mayo, 2015 - 16:49
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Este psicólogo y magíster en Psicología Clínica le quita el velo a uno de los temas más abordados, pero a la vez, callados del último tiempo: el sexo.

El sexo es un tema que no pasa de moda. Sin embargo, la profundidad en la que se aborda, tanto dentro de la pareja como a nivel educacional -en el hogar o gubernamental-, aún es una realidad precaria en, prácticamente, todo occidente.

Eso es lo que postula Rodrigo Jarpa, psicólogo, magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana, quien desde hace años trabaja en post de educar a la gente y hablar de eso que muchos no se atreven a nombrar.

Formando parte de Counselors and Therapists, de la American Association of Sexuality Educators, suele participar en diversas iniciativas que van en pos de este objetivo, como el hecho de ser parte de "Expo Sexualidad", evento pionero en Chile que se lleva a cabo el 29 mayo en el Hotel W y que se enfoca en abordar el sexo desde una manera integral, donde la educación vaya de la mano con el placer y la salud.

“La importancia de estas actividades es la validación del placer, de los derechos sexuales, que son derechos humanos, la importancia de poder tener acceso basado en ciencia y no sólo basado en creencias o mitos populares y también la invitación a generar pensamiento crítico”, subraya el experto, quien protagonizó un programa en la señal chilena TVN, "La cultura del sexo", en el que se recorrían diversos países con el fin de mostrar cómo vivían la sexualidad culturas variadas.

Las conclusiones de esta travesía, y de los años de trabajo, son muchas, varias demuestran que aún exiten materias en que América Latina está al debe.

- La sociedad ha cambiado, pero aún existen ciertos tabúes y desafíos ¿cuáles son los principales y los más urgentes a trabajar?

-  Creo que los desafíos tienen que ver con generar una mente crítica y validar la diversidad frente al discurso normativo del sexo que impera y es lo que se nos vende. Primero, vendernos la idea de que el sexo es la panacea y la cosa más importante de la vida, si bien, es parte integral del bienestar de las personas, creo que está sobrevalorado en ese sentido y para poder alcanzar este bien supremo tenemos que tener cuerpos que cumplan ciertas características, tener cierta frecuencia sexual, hacer ciertas prácticas, por ejemplo: siempre tiene que haber una erección, el pene tiene que medir cierta cantidad de centímetros, durar cierto tiempo, porque menos hay eyaculación precoz y más hay eyaculación tardía, hay que tener siempre orgasmos, etcétera. Entonces, se nos plantea un sistema muy rígido y se nos vende la idea de que es como un modelo universal y todo lo que no sea parte de ese modelo, puede ser considerado anormal, patología o problema.

Cuando la gente tiene la capacidad de salirse de ese modelo para centrarse en el placer, desde la aceptación y del reconocimiento de lo que a mí me gusta, del estar atento y conocer en profundidad lo que a mi pareja le gusta y no lo que dice la revista 'Cosmopolitan' que es lo que nos debería gustar, ahí se te abren todas las posibilidades del erotismo.

- Existe un mayor destape y más información disponible, en gran parte gracias a internet, pero eso también implica que la gente se llena de más estereotipos ¿cómo se puede compensar y cómo se define el límite?

- Creo que a través del pensamiento crítico y el darte cuenta. Está bien ir a fuera y mirar la información que se entrega, pero también mirarte hacia adentro y ver qué es lo que realmente te genera placer, qué es lo que te acomoda y te hace sentido. Parece que es un trabajo que nos está costando más, es más fácil estar pendiente de lo que hace el tercero, meterte en los programas de farándula; nos estamos abandonando en cierta forma, porque estamos poniendo mucho los ojos en otros y nos estamos dejando de mirar a nosotros mismos y seguimos un poco en piloto automático, sin cuestionarnos, sin tomar consciencia de nada y cumpliendo con lo que deberíamos estar cumpliendo.

- ¿Cuáles son algunos de los temas pendientes?

- Creo que todavía no hemos solucionado otras cosas que tiene que ver con lo sexual, no con lo genital o con el coito, pero que tienen que ver con que somos seres sexuados, hombres y mujeres, en cuanto a los derechos, a la ley de aborto, en relación a las oportunidades de igualdades, en relación a la diversidad, tener una educación sexual integral, creo que ahí estamos muy al debe. Creemos que estamos saliendo del cartuchismo porque está lleno de potos y pechugas en la televisión y hablamos de clítoris en las charlas, pero de las cosas que quizás nos incomodan más o que todavía estamos muy al debe, no hablamos y siguen tapadas por toda esta parafernalia.

- En esos temas, en cierta medida, dependemos de un sistema macro, pero en el día a día con la pareja ¿dónde se debe poner la atención?

- Creo que es fundamental generar los tiempos y los espacios, pero que sean sagrados, en el sentido de separado del resto. Generar y buscar eso activamente. Para las parejas estables, heterosexuales con hijos que trabajan, el tiempo y el espacio desaparece, entonces si uno no los busca activamente no van a llegar, es como las ganas. Si tú no buscas y no creas las ganas y el deseo, este no aparecen por obra y gracias del espíritu santo; el deseo espontáneo es una falacia, sobre todo en las parejas a largo plazo.

Es muy difícil que llegue una pareja después de haber estado trabajando todo el día, que más encima tiene que llegar a ver a los niños, que se ponen a comer algo viendo las noticias donde hay puras tragedias y que después les surja una calentura de esas que rajan la camisa arriba del lavaplatos. Eso no pasa. Te venden que todos tienen sexo espontáneo, increíble, en cualquier lado y en la vida real las cosas son distintas.

- ¿Cuáles son los países más y menos conservadores de la región?

- Creo que en general estamos avanzando, pero creo que estamos en un período crítico, en el sentido que, por un lado, sigue existiendo una represión muy potente, sostenida y fundamentada por la iglesia católica, el machismo y el patriarcado, y, por otro lado, nos fuimos al otro extremo, un libertinaje, como la ley del goce, la obligación total y absoluta de todos los deseos; el sexo disociado, sin responsabilidad, un sexo no integrado con el cuidado y con los afectos. Me imagino que es parte de esta crisis de visiones tan polarizadas, es parte de un proceso para que después podamos llegar a algo más integrado.

- Dentro de la lógica, ¿qué pasa con el sexo casual?

- Mientras sea consensuado y se cuiden creo que está todo bien, pero también creo que es importante que cada persona reconozca que si le sirve o no, no solo en el corto plazo, sino también en el largo plazo, como el domingo en la tarde después que te pegaste un follón post carrete y sientes un vacío y una angustia existencial, quizás no es lo que a ti te sirve, pero hay personas que funcionan así y todo bien con ellos, pero también hay que validar y aceptar que hay personas que necesitan un grado de vinculación mayor y que ese sexo casual, que también se nos vende un poco como deberías estar teniendo mucho porque es parte de esta liberación que también incluye a la mujer, porque está empoderada, pasa a ser otra obligación más. Hay muchas personas que lo hacen sin tomar conciencia real de si es algo que a les hace sentido y les satisface.

- ¿Pero tampoco hay que catapultarlo?

- No, en absoluto.

- En el programa “La Cultura del sexo” tuviste la oportunidad de recorrer distintos países ¿cuál fue el que más te sorprendió?

- En todos los países habían cosas que me sorprendían, quizás en San Francisco me sorprendí gratamente con la validación, aceptación y alegría que se celebra la diversidad, creo que ahí todavía nos falta mucho.

Me desesperanza un poco los comentarios que vi en distintas páginas de internet cuando hicimos el capítulo de San Francisco, una cantidad de comentarios homofóbicos con una rabia y un odio; eso lo encuentro triste porque es sintomático de esas personas, es como ese dicho que 'lo que dice Pedro de Juan dice mucho más de Pedro que de Juan'.

Me sorprendió en Berlín todo el desarrollo que hay con respecto a la integración, a la asistencia sexual con discapacidad física o intelectual y creo que en eso estamos a años luz en Chile; existe la Teletón y todos nos unimos una vez al año a dar plata, pero no se les ve como una persona sexuada, por lo general, a las personas con discapacidad se les ve como asexuados, igual como a los viejos.

Japón creo que fue uno de esos lugares que me quedaron resonando mucho, porque varias personas plantean que es hacia donde vamos y ojalá que tomemos conciencia y generemos un cambio antes, porque quizás a ellos les funciona, pero es súper triste ver la carencia afectiva que tienen. Yo considero básico y constitutivo del ser humano el contacto, la interacción con otras personas, establecer vínculos como esos, los que están absolutamente fuera, ellos se relacionan con un robot, con teléfonos. De a poco nos vamos pareciendo, aunque no al extremo que han llegado ellos.

- ¿Cómo consideras el boom, en toda la región y Estados Unidos, de “50 sombras de Grey”?

-  Creo que es más de lo mismo con un buen marketing y con que las mujeres se creyeron que '50 sombras de Grey' se transformó como una bandera de lucha y un símbolo del empoderamiento femenino. Me tocó estar viajando mucho en los aeropuertos y ver a muchas mujeres con su libro que era como un discurso político, como 'yo estoy leyendo esto y soy una mujer empoderada que se hace cargo de su placer', pero está leyendo un libro donde ella no se hace cargo de su placer, donde ella nuevamente está funcionando bajo el patriarcado, pues está puesto todo en el hombre. Te ponen que te debería gustar lo que se hace en '50 sombras de Grey', entonces todos van y se compran los látigos, las corbatas y las esposas, si lo vas hacer, hazlo pero con conciencia, reconoce que te gusta o que estás siguiendo el rebaño, eso es lo que me acabrona un poco.

Creo que la literatura erótica, en general, puede ser beneficiosa para muchas personas, porque tiene que ver un poco con un estímulo eficaz para aumentar el erotismo, si tú en tu librería mental tienes solo libros de trabajo, de la casa, de los niños y ninguno erótico es súper difícil poder andar erotizada y poder recurrir a esos libros cuando los necesites, metafóricamente hablando.

- Por todo este éxito, “50 sombras de Grey” puede ser un arma de doble filo en cuanto a las expectativas y que algunas mujeres estén esperando a su Christian Grey...

- No después, ya hay muchas que lo están esperando y que entiendan que no existe y no va a llegar, nunca.