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Rusia 2018 o cómo montar un megaestación de TV en 20 días

Por LifeStyle | 16 Julio, 2018 - 10:54
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Un puñado de privilegiadas estaciones tuvieron la Plaza Roja y la catedral de San Basilio como telón de fondo durante la Copa del Mundo.

Rusia 2018 no solo se jugó en los estadios. Si bien los campos fueron los epicentros de las emociones, el corazón y el cerebro del Mundial estuvieron ubicados en dos puntos estratégicos sin césped, balones, jugadores ni réferis.

Desplegada en más de 23 mil metros cuadrados, la Plaza Roja de Moscú alberga el mausoleo de Lenin y ha visto desde la coronación de zares hasta a Paul McCartney y Rogers Waters tocando en vivo.

Con motivo del campeonato del mundo, buena parte de sus 330 metros de longitud y 70 metros de ancho estuvieron copados por hinchas de todo el orbe, pero también de una colosal estructura que acogió los estudios de televisión de 13 emisoras.

Decenas de profesionales de estaciones como Televisa, beIN Sports, ITV, Globo, Fox Sports y BBC fueron los moradores por más de un mes el campamento montado en el mismísimo centro de Rusia, cuyos íconos sirvieron como telón de fondo de la cobertura.

Lo que pocos advirtieron fue la premura con que fue levantado el recinto, considerando que el 9 de mayo -35 días del inicio de la copa- desafilaron allí cientos de vehículos militares y más de 13 mil efectivos con motivo del Día de la Victoria, en el 73° aniversario del triunfo de las tropas soviéticas sobre las fuerzas de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.

“Así como la playa de Copacabana era el ícono de Brasil 2014, la catedral de San Basilio y la Plaza Roja lo eran para Rusia. Todos queríamos esta vista y lo que significaba Rusia en el imaginario para la gente”, relató Guillermo Barreto, vicepresidente adjunto de Contenido Deportivo de DirecTV en América Latina.

La emisora filial de AT&T, que tuvo los derechos exclusivos para los 64 partidos en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela y el Caribe, fue otra de las privilegiadas con estudios en dicho lugar.

“Las autoridades rusas tenían todo aprobado desde diciembre, pero no podía edificarse nada sino hasta el 10 de mayo. Fue un milagro. En tres semanas, armaron todo y lo entregaron el 1 de junio”, añadió el ejecutivo.

¿Había plan B? Barreto confesó que no, aunque en ningún momento hubo dudas de que estaría listo: “FIFA nunca nos dio un indicio en sentido contrario. Siempre cumple”.

Fortaleza digital

Así como la Plaza Roja se estableció el “corazón” de las transmisiones mundialistas, unos 20 kilómetros al noroeste se ubicó el “cerebro” de Rusia 2018: el Centro Internacional de Radiodifusión o International Broadcast Centre (IBC).

Dispuesto como si fuese un museo, con grandes cristales que dejaban ver la magnificencia de la sala máster o los servidores, también acogió en una sala inexpugnable el sistema Árbitro Asistente de Video (VAR, por sus siglas en inglés).

Desplegado en el centro de eventos Crocus City Hall, fue oficialmente la 13° sede mundialista –las otras 12 fueron los estadios- y desde allí salieron hacia 219 territorios las alternativas de los 64 encuentros, captadas por 37 cámaras.

Según resaltó el vicepresidente adjunto de Contenido Deportivo de DirecTV en América Latina, cadena que conserva los derechos de transmisión de las ligas española e inglesa, “este Mundial será recordado, entre otras cosas, como el primero en emitirse íntegramente en 4K, un formato capaz de cuadriplicar la calidad de resolución de la señal HD, pues muestra más de ocho millones de pixeles”.

Otra de los logros que reconoció fue la aplicación para seguir el Mundial en directo. “A diferencia de Brasil 2014, ahora tuvimos una aplicación propia. Con un Mundial en horario de trabajo, hemos visto números impresionantes. Aunque la gente siguió dándose licencias con los juegos de su propio equipo, no tuvo problemas para ver los restantes en el teléfono o la computadora”, celebró.

Barreto, quien estuvo al mando de más de un centenar de profesionales que produjeron cerca de 1.000 horas de programación, destacó finalmente las posibilidades que abre la adopción de la realidad virtual en el consumo de deporte.

“No sabíamos cómo funcionaría, pero fue tan interesante como divertida. Fue una feliz sorpresa, con el atractivo de ver el partido desde tu propio palco con repeticiones en 360°. Fue algo que salió mucho más interesante de lo que esperábamos”, valoró.