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San Juan, Argentina: estrella de Los Andes

Por La Razon / Lifestyle | 18 Octubre, 2015 - 09:24
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Una ciudad con clima benigno que sobrevivió a un terremoto.

No hay sanjuanino que no hable del terremoto del 44. Incluso aquellos que aún no habían nacido para aquella fatídica fecha. Como Diego, que tiene 15 años, pero sabe muy bien que existe un antes y un después desde que el movimiento sísmico destruyó la antigua ciudad de sus padres y abuelos. “Todos sabemos del terremoto, en el colegio nos llevan al museo para que aprendamos sobre lo que fue”, explica el adolescente simpatizante del San Martín, equipo local de fútbol con los colores verde y negro, que en el actual campeonato hace historia por haberles ganado en sus propias canchas a los populares Boca y River de la capital.

San Juan es apacible y es lo que enamora. A diferencia de las grandes metrópolis argentinas como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, esta ciudad de la región de Cuyo, muy cercana a la Cordillera de los Andes, conserva el aire bucólico de un cuento literario.

Su historia dice que fue fundada a kilómetros de su actual ubicación el 13 de junio de 1562, por el conquistador español Juan Jufré bajo el nombre de San Juan de la Frontera, a través del mandato de la vieja Capitanía General de Chile. A fines de 1593, Jufré promovió el traslado de la urbe hacia donde se levanta en la actualidad. Los primeros habitantes de la zona fueron los nativos Huarpes, que se dedicaban a la agricultura y a la ganadería.

“El 22 de diciembre de 1828, el Papa León XII ordenó el alzamiento del ‘Vicariato Apostólico de San Juan’, siendo Fray Justo Santa María de Oro el primer Vicario de la provincia, el cual desempeñaría un papel importante en la gesta emancipadora al participar activamente en el Congreso de Tucumán, que declaró la independencia argentina”, señala la profesora Mirtha Loprove, a cargo de una excursión de sus alumnos por el centro sanjuanino.

Otro hito histórico señala que hacia 1870 se creó el Banco de Cuyo, una sociedad anónima con un capital de 320 mil pesos plata boliviana, suscripto por capitales locales y de la ciudad de Buenos Aires. 1894 fue el año del anuncio del primer infortunio, ya que la ciudad fue afectada por un terremoto, donde se experimentó considerables perjuicios materiales aunque sin características de catástrofe. “Pero ya era un anuncio de lo que vendría después”, señala Loprove.

El clima de San Juan es desértico, con precipitaciones escasas, elevada aridez y una importante oscilación térmica tanto anual como diaria. Si valen las comparaciones, su suelo se asemeja mucho al de poblaciones de la zona sur paceña, como Jupapina o Mecapaca. Las temperaturas oscilan en torno a la media de 27°C de enero, con máximas que superan los 34°C y hasta pueden alcanzar picos de 44°C absolutos, y los 8°C de julio.

Tras el terremoto de 1944, la ciudad cambió por completo. De una ciudad colonial, de antiguo aspecto, de calles y veredas angostas, sin árboles y sencillas casas de adobe, pasó a ser una de las más modernas de Argentina con calles anchas, rectas y pavimentadas, con amplias veredas, pisos de mosaico, modernos edificios públicos y una densa forestación de árboles con especies tales como el plátano, morera, jacarandá y braquiquito, irrigados a partir de una red de acequias.



La oferta gastronómica no difiere de la típica comida argentina donde prima la carne vacuna a la parrilla por sobre el resto. Como el chivito, una clase de asado que se basa en sabrosa carne caprina, o las empanadas cocidas al horno o fritas con un repulgue de carne de res y cebolla verde por dentro.

En lo que respecta al turismo, los atractivos más importantes son el montañismo, con el cerro Mercedario y desde el punto de vista científico Ischigualasto, un importante yacimiento paleontológico de extrañas geoformas que data del periodo triásico.

El turismo enológico ha crecido considerablemente en los últimos año­­s, como así también los deportes aventura como el ráfting y carrovelismo, practicado este último en un lugar conocido como la Pampa del Leoncito, entre otros.

San Juan también es bastante visitada por el turismo religioso, con el muy visitado Oratorio de la Difunta Correa. Y entre sus sitios culturales se destaca el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, en donde se encuentra un valioso patrimonio de pinturas y esculturas, grabados y dibujos de los más grandes maestros argentinos, la Celda de San Martín (dormitorio) que fue cedida por el prior del convento, junto con la Sala Capitular, al General José de San Martín, durante su estadía en la ciudad de San Juan, mientras preparaba la campaña libertadora a Chile, así como la Casa Natal de Domingo Faustino Sarmiento, que fue el primer monumento histórico nacional de Argentina y la casa donde nació Domingo Faustino Sarmiento.



“Yo también conozco la casa de Sarmiento”, dice Diego, el hincha de San Martín. Para él y tantos otros lugareños, fue el más grande sanjuanino que hubo.

En la ciudad también se puede visitar el Museo y Biblioteca Casa Natal de Sarmiento, ubicado en la calle del mismo nombre número 21, donde nació Domingo Faustino Sarmiento el 15 de febrero de 1811. Fue un político, escritor, docente, periodista, militar y estadista argentino; gobernador de la provincia San Juan entre 1862 y 1864, presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874, senador nacional por su provincia entre 1874 y 1879 y Ministro del Interior de Argentina en 1879.

Sarmiento se destacó tanto por su laboriosa lucha por la educación pública como en contribuir al progreso científico y cultural de su país. En 1947 la Conferencia Interamericana de Educación estableció como Día Panamericano del Maestro el 11 de septiembre, fecha de su fallecimiento y en homenaje a su figura de educador. La casa-repositorio cuenta con siete salas donde se exhibe mobiliario, documentos y reliquias pertenecientes a al prócer de la nación argenta y su familia.

Sacudón sanjuanino

El movimiento sísmico que cambió la historia de la ciudad y sus habitantes se produjo el día 15 de enero a las 20.49 y alcanzó 7,8 grados de magnitud en la escala de Richter. Fue probablemente la mayor tragedia argentina del siglo XX, donde se estimaron aproximadamente unas diez mil víctimas humanas y de una cifra aún mayor de heridos, mientras que el saldo material fue la destrucción total de la ciudad, el San Juan antiguo, de gran valor arquitectónico, con construcciones como el Palacio Episcopal, la Casa España, la Iglesia de Santo Domingo, el Cine Cervantes y hasta la fachada de la Catedral, el Palacio de Justicia, etc., que quedaron totalmente reducidos a escombros.

También destruyó miles de viviendas, edificios públicos, obras comunales e históricas y la economía de gran parte de la población, que representaban el patrimonio acumulado de varias generaciones.

Para recordar aquella fatídica fecha, en 2009 se creó el Museo de la Memoria Urbana, el cual guarda exposiciones permanentes, itinerantes, además de una biblioteca pública y un simulador del terremoto. Todo para no olvidar ese hito que cambió la ciudad.

* Fotos de la ciudad welcomeargentina.com / principal Marco Basualdo - La Razón