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¿Tienes alergia al sol?
Hay muchas formas de hipersensibilidad a la luz del sol, pero en esta nota te contamos las más comunes y los posibles síntomas.
Todos nos ponemos un poco rojos cuando pasamos mucho tiempo al sol, pero hay ocasiones en que la situación va más allá de lo normal: hay quienes son alérgicos a él.
Existen múltiples tipos de hipersensibilidad a la luz solar, porque puede ocurrir por múltiples razones. Algunas de las alergias más comunes son las siguientes:
–Prurigo solar o actínico: es hereditaria y suele comenzar desde la niñez. Sus síntomas son fuertes.
–Reacción fotoalérgica: es cuando la sensibilidad a la luz aumenta luego de que nos aplicamos algunos productos químicos -como por ejemplo, fragancias o protectores solares-, o tomamos ciertos medicamentos, entre ellos los antibióticos tetraciclínicos, los fármacos con sulfamidas y los analgésicos como el ketoprofeno, indica la clínica estadounidense Mayo.
–Erupción de luz polimórfica: es el tipo más común y usualmente se presenta en adolescentes y jóvenes en sus 20 años. Puede darse más en mujeres y durante la primavera.
–Urticaria solar: es más rara que las demás y aparece con más frecuencia en mujeres jóvenes. Los signos físicos se presentan a los pocos minutos de exponerse a la luz.
Los síntomas de la alergia dependerán de qué la haya causado, pero en la mayoría de los casos suele haber enrojecimiento, picazón o dolor, pequeños bultos que pueden convertirse en manchas, descamación, costras, sangrado, ampollas y/o ronchas.
Estos signos pueden aparecer minutos u horas después de haberse expuesto a la luz, describe la clínica Mayo.
El tratamiento también dependerá del tipo de alergia que tengas, por lo que es importante visitar a un médico. En los casos más leves, puede desaparecer tras evitar la luz solar por algunos días, mientras que otras personas requieren medicamentos.
Para prevenir una mayor sensibilidad a la luz, la clínica Mayo aconseja evitar el sol durante las horas punta (alrededor del mediodía), no exponerse repentinamente a mucha luz (las células necesitan adaptarse luego de pasar mucho tiempo sin tanta iluminación natural), y usar gafas y ropa que proteja la piel, así como protector solar.