El nombre científico de todos esos síntomas es veisalgia.

 

 

Sustancias residuales –llamadas “congéneres”- surgen de manera simultánea al proceso orgánico de obtención de alcohol y al descomponerse producen las reacciones de la resaca. 

De acuerdo a esta dinámica, las bebidas más factibles de producir veisalgia son el coñac, los vinos tintos, el ron, el whisky, el vino blanco, la ginebra y el vodka. 

 

Las mujeres muestran una leve desventaja en este punto, ya que el hígado masculino procesa y descompone mejor las “congéneres”. 

 

Lo que sí pasa en ambos géneros es que el consumo habitual funciona como un entrenamiento y facilita una mayor tolerancia, aumentando el umbral para llegar hasta el estado de “resaca”. En términos orgánicos, lo que se produce en los bebedores habituales es una mayor actividad de la "alcohol deshidrogenasa", enzima que metaboliza el alcohol.

 

 

Pero esa dinámica tiene un punto de inflexión, de acuerdo a cada funcionamiento del cuerpo. Llega el momento en que la metabolización no logra trabajar bien y la acción de las “congéneres” gana la batalla.

 

Y aunque la resaca depende de muchos factores como el estado físico de la persona, si comió antes de beber y la edad, existen unos alimentos caseros que ayudan al proceso de equilibrio orgánico y hacen frente a la incómoda veisalgia.

 

Sin embargo, lo realmente efectivo es moderar el consumo de alcohol y no desafiar cada vez el umbral de acción de las enzimas correspondientes. La mezcla de tragos con agua también ayudan a prevenir en parte del desarrollo de la resaca. 

 

 

 

Los minerales que se encuentran en el chocolate aumentan el nivel de azúcar en el cuerpo, ayudando a la eliminación más rápida del alcohol y -por lo tanto-  de las molestas toxinas generadas por las “congéneres”. Se recomienda derretir dos cuadros de chocolate amargo en agua y luego beber la mezcla. 

 

 

 

Los plátanos o bananas contienen antiácidos y potasio que ayudan a relajar los vasos sanguíneos, lo cual ayuda a disminuir la sensación de náuseas que suele estar resente en este incómodo cuadro post consumo de alcohol. El consejo es pelar un plátano y sumergirlo en una taza de agua caliente. Dejar que se enfríe y beber el agua primero, para luego comer el plátano. Esto ayuda a recuperar los minerales perdidos.

 

 

 

La menta contiene propiedades que ayudan a eliminar los gases en el intestino, además de calmar los nervios. La hierba puede ser utilizada para hacer un té o ser masticada para dar un alivio más rápido. Ser recomienda hervir una taza de agua y añadir la hierba, dejar en reposo por unos quince minutos y, posteriormente, colar. Al final se bebe la mezcla. Si se es posible tomar dos tazas, la sensación de alivio debiera ser mayor.