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Tsundoku: La tendencia de acumular lo que no utilizamos

Por El Espectador | 23 Abril, 2019 - 16:00
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Se trata de una práctica que todos hemos hecho y que podemos ver sobre todo en quienes coleccionan algunos objetos.

Disfrutar husmeando en bibliotecas y librerías tiene un riesgo que, para muchos, es un auténtico placer: terminar acumulando libros apilados o en las estanterías por encima de nuestras posibilidades. "Tsundoku" es un término de argot japonés que proviene de la unión de los términos tsunde oku, que significa empacar cosas listas y dejarlas para más tarde, y dokusho, lectura de libros. Un término que ya se ha comenzado a utilizar en los cinco continentes.

Esta costumbre, que es muy popular, choca con la teoría del orden de la famosa Marie Kondo. Y es que si la "Magia del orden" fue un gran éxito, fue precisamente porque en gran parte de los hogares hay múltiples objetos que hemos comprado, para luego no darles el uso esperado. El consejo de la japonesa es que tengamos la colección de libros lo más pequeña posible.

A primera vista, puede parecer que el tsundoku lo ‘practican’ personas sombrías que pasan sus días en las librerías con el afán de crezca su colección. Pero as probable que todos tengamos (por lo menos) un par de libros que no hemos terminado de leer. O incluso pasar otro nivel, como con la ropa, que termina acumulada sin quitarle la etiqueta. Hay quienes les pasa también con comida, que termina en la basura sin abrir porque se venció. 

Esta tendencia acumular no es algo nuevo, en generaciones pasadas se acumulaban otro tipo de productos, como una forma de garantizar la supervivencia. El día a día y las rutinas ajetreadas pueden ser algunos de los motivos que nos llevan a esta situación y no por eso dejamos de adquirir por placer. Incluso las redes sociales han magnificado el consumismo. Podemos llegar a sentirnos infelices sino tenemos el producto que muestran los influenciadores. 

Es más fácil acumular objetos que se pueden coleccionar, como tazas o refractarias. Sin duda alguna discos, películas o revistas. y más hoy en día con el alcance de internet. Algo que no pasaba con la publicidad tradicional. Claro está que esta no es la única razón por la que compramos, afirman algunos psicólogos que hay vacíos que tenemos en nuestras vidas y nos cuesta enfrentarnos, de esta forma comprar "llena ese vacío", así no sea verdad. Para no acumular más de la cuenta, más allá de hacer limpieza, la clave está en evitar esas compras compulsivas.