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Uniqlo, el emperador japonés de la moda

Por Ramón Abarca | 21 Abril, 2014 - 17:35
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Con sus colecciones de básicos a precios muy accesibles, la marca japonesa Uniqlo, en plena estrategia de crecimiento y globalización, tiene un objetivo claro: desbancar a la española Zara como la número uno del mundo.

Su sede ocupa siete plantas de la céntrica y flamante torre Midtown de Tokio. Desde los ventanales de la recepción, en el piso 33, se domina la ciudad, una metáfora de los ambiciosos planes de expansión a nivel mundial que tiene su dueño y presidente, el multimillonario Tadashi Yanai. Uniqlo, que es la principal marca del conglomerado nipón Fast Retailing, emplea a cerca de 53.000 personas y cuanta con 1.200 tiendas por todo el mundo, aunque la mayoría se encuentran en Japón.

Con una facturación el año pasado de 928 billones de yenes (algo más de 9 billones de dólares) la japonesa es la número cuatro del mundo en el sector de la moda, pero sus planes de crecimiento pretenden alcanzar, antes de 2020, a las tres grandes gigantes del textil: la española Inditex, la sueca H&M y la estadounidense Gap.

En las oficinas tokiotas de Uniqlo, el sonido de una fuente ayuda a dar un ambiente apacible y tranquilo a pesar del continuo ir y venir de trabajadores y visitantes. El estilo desenfadado, algo no muy habitual en el mundo empresarial nipón, domina la sede global, en la que se puede ver por todos lados el retrato del que es la principal imagen de la marca, el tenista serbio Novak Djokovic.

Vestido con vaqueros y un polo de manga corta, todo prendas de Uniqlo, aparece Aldo Liguori, el responsable de marketing internacional del grupo que cuenta con seis marcas más, entre ellas Comptoir des Cotonniers, Princesse tam.tam o J Brand. "Siempre vestimos así en la sede, de manera casual, muy al estilo Uniqlo. Incluso me reúno con el presidente vestido así. Él también es muy relajado al vestir", explica el italiano encargado de las relaciones públicas a nivel global.

EL HOMBRE MÁS RICO DE JAPÓN

Detrás de la empresa nipona y de su agresiva estrategia se encuentra el hombre más rico de Japón, Tadashi Yanai, el Amancio Ortega nipón, un "businessman" que no deja indiferente y que ha llevado a su compañía a lo más alto del sector de la moda. Con una fortuna estimada de 6.000 millones de dólares, el empresario de 64 años es conocido por su capacidad de asumir riesgos sin temor a equivocarse, una palabra tabú en su país. Habla abiertamente de derrocar a Inditex y no descarta para ello llevar a cabo importantes fusiones, o la compra de alguno de sus poderosos competidores como Gap. Además, el emperador nipón de la moda se marcó recientemente como objetivo abrir 200 ó 300 tiendas al año en el extranjero para ampliar un negocio fundado por su padre en 1949. "Asia sigue siendo la zona de expansión prioritaria y dentro de ese continente, China. Para crecer en ventas e influencia, tenemos que aumentar el número de tiendas y abrir nuevos mercados, esa es la formula", explica Aldo. La región Asia Pacífico es claramente donde ven más oportunidades de negocio y donde más se está creciendo. Uniqlo abrió tiendas por primera vez en Filipinas el año pasado, en junio en Indonesia y este año también llegarán a Australia. En Europa, el imperio nipón de la moda accesible cuenta con tiendas en Reino Unido, Francia y Rusia, y además ha abierto ya siete establecimientos en EE.UU., donde está protagonizando una expansión importante, por ser un país donde los básicos y la ropa de Uniqlo va muy bien con el estilo desenfadado. La primer tienda precursora de lo que es hoy Uniqlo abrió en 1984 en Hiroshima (sur de Japón), y se llamaba Unique Clothing Warehouse.

UN LEMA: "LIFEWEAR"

"Durante lo años lo que hemos hecho es intentar innovar, presentar nuevos tejidos, ropa práctica y funcional, pero también prendas con estilo", enumera Aldo mientras enseña la diversidad de coloridas y prácticas prendas por la que es conocida la marca. "La ropa de Uniqlo está diseñada para todo el mundo sea cual sea su tamaño, su edad o su género. Tenemos prendas para todo el mundo. Incluyendo bebés y niños". El lema y concepto de la marca, que se puede leer por todas partes en su cuartel general y sus tiendas, es "Lifewear". En palabras de sus responsables esto significa que sus clientes son los que crean su propio "look", "en Uniqlo puede encontrar la ropa que se adapta a su estilo personal". En ese sentido, intentan diferenciarse de Zara, una marca que creen que busca estar siempre a la última a nivel moda, atrapar las últimas tendencias y que cambia de colecciones constantemente para conseguirlo. La mega tienda que Uniqlo tiene en Ginza, el barrio más exclusivo de Tokio, es la joya de la corona: 12 pisos donde uno puede recorrer y experimentar todo por lo que la marca es tan popular. Camisetas con cientos de diseños diferentes fruto de innumerables colaboraciones, su característica ropa interior, y sobre todo sus especiales tejidos para hacer frente al frío y al calor, desarrollados especialmente para ellos.

MANTENER LA IDENTIDAD

A pesar de su expansión internacional, y de que su lengua oficial es el inglés, Uniqlo quiere mantener la identidad japonesa. Se trata según sus responsables de convertirse en una marca global y mantener al mismo tiempo la filosofía y la forma de hacer las cosas en Japón. Por eso, en las tiendas de todo el mundo todos los empleados aprenden la manera japonesa, extremadamente amable y hospitalaria, de atender al cliente, por ejemplo, dándoles la bienvenida en las tiendas y devolviendo las tarjetas y los billetes con las dos manos.

Esto requiere un concienzudo aprendizaje, que en el caso de los cargos de mayor responsabilidad se hace en lo que se denomina como "Universidad Uniqlo", una escuela de formación situada en el cuartel general de la firma en Tokyo. A diferencia de su rival más codiciado, y dentro de su estrategia de darse a conocer internacionalmente, la marca japonesa sí que cuenta con caras conocidas para su promoción. Son los denominados "embajadores globales". Y la lista la encabeza el tenista serbio Novak Djokovic que ostenta el cargo "diplomático" desde 2012.

"Básicamente, es por su humildad y porque cree en la importancia de ayudar a la gente menos privilegiada, especialmente jóvenes y niños", explica la marca en relación a su más famoso embajador, que al parecer se implica en la selección de tejidos por su comodidad gracias a su experiencia como deportista.

El actual número uno del mundo no es el único en dar su imagen a Uniqlo, el golfista australiano Adam Scott, el tenista japonés Nishikori Kei y el tenista en silla de ruedas también nipón Shingo Kunieda, completan el panel. Todos ellos deportistas, aunque según los responsables de Uniqlo "por pura casualidad".

(EFE)