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Vampiros en La Paz trae "Olalla", la primera película boliviana del año

Por La Razon/ LifeStyle | 13 Enero, 2015 - 08:13
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En medio de una familia de vampiros, una niña lucha por buscar su propio destino y enfrentarse a su naturaleza. De esto habla la particular primera producción altiplánica del 2015.

El 29 de enero las salas de la Cinemateca, del Multicine y del Cinemark, en las ciudades de La Paz y Santa Cruz, son testigos del especial primer estreno del año en el cine boliviano: "Olalla".

El filme, dirigido por la estadounidense Amy Hesketh, cuenta la historia de un clan de vampiros y es la segunda en el género que lleva adelante la productora Pachamama Films.

A diferencia de la primera incursión, "Muerta pero soñando" (2013), esta nueva pieza de terror se desenvuelve en una atmósfera gótica.

“Esta cinta mezcla el drama familiar con el terror más tradicional, siguiendo mucho de la estética de los artistas góticos del siglo XIX, como Mary Shelley y Bran Stocker”, explicó el productor de la cinta, y también uno de los actores, Jac Ávila.

La película se inspira en la historia corta "Olalla" de Robert Louis Stevenson, publicada en 1885. En este trabajo el autor presenta un tipo distinto de vampiro al habitual.“No son los clásicos que al consumir la sangre de sus víctimas las convierten en seres como ellos. No son tampoco no muertos en el sentido tradicional, sino un clan de seres inmortales que se reproducen como los demás”, definió el productor.

Esta familia necesita consumir sangre humana para sobrevivir y mantener su inmortalidad. Para engendrar hijos recurren al incesto y se mantienen apartados de la comunidad rural donde viven.

En ese ambiente nace Olalla, una joven que lucha contra su propia naturaleza, encontrar su propio camino y conseguir la felicidad propia. La historia se cuenta en dos períodos.

Es así que el guión de Hesketh comienza en 1885, cuando termina el relato de Stevenson, en el que un soldado humano anónimo conoce a la familia en cuestión.La segunda parte se desarrolla en la época contemporánea, explorando así el peso de la inmortalidad de los protagonistas, todo salpicado con un particular humor negro.