Es difícil imaginar que Yao Ming, el otrora astro chino de la NBA, sintiera aversión por el baloncesto cuando era joven.

 

"¿Cómo logré convertir al baloncesto de mi aversión en mi pasión? Consagrándome a él", reveló el exjugador, quien recientemente fue elegido presidente de la Asociación de Baloncesto de China, en un encuentro con estudiantes en Shanghai.

 

Yao fue el primer orador en el Foro Soong Ching-ling de la escuela Soong Ching-ling, fundada por el Instituto de Bienestar de China y bautizada con el nombre de la esposa de Sun Yat-sen, uno de los líderes de la revolución de 1911.

 

"Comencé a practicar baloncesto cuando tenía nueve años. Aunque no me gustaba, puse mi corazón y alma en él. Cuando tenía 17 ó 18 años, el baloncesto se volvió parte de mi vida", dijo.

 

"El sonido de la fricción entre los tenis y el piso, la brisa susurrando en mis oídos cuando iba corriendo, tirando y golpeando... disfruté todo en la cancha cuando el baloncesto se convirtió en mi interés", narró.

 

Todos sentirán aversiones en sus vidas. Si se limitan a rechazarlas, sufrirán más por ello. Si escuchan a otros y comparten sus sentimientos, ustedes pueden convertirlas gradualmente en algo que les interese, recomendó Yao.

 

"Entonces las disfrutarán", agregó el astro del baloncesto. "En este proceso, forjarán un buen carácter y se beneficiarán mucho de ello".

 

"El tío Yao nos ofreció un gran discurso. Pondré más empeño en practicar piano y convertirlo en mi interés", comentó Zhang Tianyi, un estudiante de la escuela Soong Ching-ling.