Nueve películas, siete ciudades y 85 funciones. Así se prepara la octava edición del Festival Internacional de Cine Judío que comenzó el viernes 21 y se mantendrá hasta el 30 de noviembre. La intención: mostrar distintas aproximaciones al pueblo judío y derogar estereotipos a través de producciones de calidad.

“Este es un festival más temático que nacionalista”, explica José Soto, uno de los organizadores del encuentro. Cintas de Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Israel, Italia, Países Bajos y Polonia forman parte de la exhibición. “Es una muestra bastante internacional”.

La oferta responde a todos los gustos. Este año se proyectarán comedias, dramas, aproximaciones al holocausto, historias de identidad, relatos románticos y demás.

Una de las más esperadas es Ida (2013), en la carrera a las nominadas al Oscar como Mejor película de habla no inglesa. En la oscuridad (2011) y El cardenal judío (2013) también prometen. Nono, el chico zigzag (2012) es la apuesta familiar del festival. Las maravillas (2013), Llenar el vacío (2012), El viaje de Hanna (2013), Una botella en el mar de Gaza (2011) y Cazar elefantes (2013) completan la muestra. Todas las cintas, a excepción de dos, fueron subtituladas en Venezuela.

Las cintas se podrán ver en las salas del teatro Trasnocho y en Cinex Centro Plaza. Algunas se exhibirán en espacios abiertos con entrada gratuita, como el Centro de Arte Los Galpones, con dos piezas; la plaza Los Palos Grandes, con una; la Plaza Bolívar de El Hatillo, con dos; y el Espacio Cultural La Pizarra, con una.

Habrá, a su vez, cineforos en el Trasnocho, las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar, Católica Andrés Bello y Metropolitana, y en el Espacio Anna Frank.

En el interior del país también se disfrutará la muestra. Se proyectarán películas en Maracaibo (Centro de Bellas Artes), Mérida (teatro César Rengifo), Barquisimeto (Cine Club Charles Chaplin), Trujillo (sala Charles Chaplin), y San Cristóbal (Fundación Cultural Bordes).

Como otros festivales, aseguran que la organización de este no fue fácil. “Traer películas se hace cada vez más complicado”, dice Soto. “Pero traer el mundo a un país que se aleja cada vez más es muy importante”, comenta José Pisano, del teatro Trasnocho.