Más allá de ser una técnica artística, la gráfica era para Rufino Tamayo un método para experimentar el uso del color hasta su perfeccionamiento. Así pasó del grabado y la litografía a la mixografía, técnica que él inventó para imprimir en relieve y a varias tintas.

“La gráfica es un medio totalmente diferente a la pintura y fue la inmediatez de este trabajo lo que atrajo a Tamayo. Entendió que cada medio tenía una forma de experiencia y había que explorar”, explica el coleccionista Ramón López Quiroga, quien ofrece en su galería una muestra de estas obras desde comienzos de julio hasta fines de agosto.

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Se trata de 45 piezas entre litografías, grabados, xilografías, aguafuertes y mixografías que Tamayo realizó entre 1925 y 1988, en las cuales se aprecia un desarrollo tanto técnico como conceptual desde su primera obra fechada en 1925 hasta las finales ya con mayor precisión en la imprenta y el manejo de las tintas.

Bajo el título "Rufino Tamayo: Obra gráfica 1925-1988" la exposición se pasea, sin orden cronológico, por el perfeccionamiento de las técnicas hasta que inventa y patenta la mixografía, un método que hace en una plancha de cualquier tipo de material desde madera hasta metal, sirviendo como matriz para la impresión de un dibujo en relieve.

Del 1 de julio al 30 de agosto.