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Últimas investigaciones señalan que los azúcares agregados provocan más daño al corazón que la sal

Por LifeStyle.com | 17 Diciembre, 2014 - 15:58
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Estudio centra responsabilidades en el consumo del jarabe de maíz de alta fructosa, que es el edulcorante más utilizado en alimentos procesados, especialmente con sabor a frutas y bebidas gaseosas.

Un estudio publicado en "British Medical Journal" da cuenta de la investigación hecha por expertos del Medio America Heart Institute de San Lucas y del Centro Médico Montefiore, quienes señalan que "el azúcar puede estar mucho más relacionado con la presión arterial que el sodio".

Las conclusiones indican en ese sentido que los azúcares añadidos en los alimentos procesados son propensos a tener un papel más importante en la presión arterial alta, enfermedades del corazón y derrame cerebral que la sal añadida.

Hasta ahora, las guías alimentarias sanitarias en todo el mundo sobre presión arterial alta han restringido históricamente la ingesta de sal.

Los autores del estudio revisaron una selección de pruebas de experimentos de ciencias básicas, estudios en animales y en humanos. La principal responsabilidad la encontraron en el jarabe de maíz de alta fructosa, que es el edulcorante más utilizado en alimentos procesados, especialmente con sabor a frutas y bebidas gaseosas.

El informe recoge evidencia en torno a que las personas cuyas calorías totales de su dieta provengan mayormente de la ingesta de azúcares añadidos aumentan a casi el triple los riesgos de enfermedad cardiovascular de quienes consumen menos del 10% de este tipo de edulcorante.

Por eso, el estudio cuestiona que centrarse en la sal para reducir la tensión sea lo adecuado. Según sostienen, la reducción conseguida a base de limitar la ingesta de sal suele ser relativamente pequeña. Además, esgrimen que de tres a seis gramos de sal al día puede ser óptimo para la salud, pero ingerir menos de tres puede llegar a ser perjudicial.

La mayor parte de la sal en la dieta procede de alimentos que también poseen gran cantidad de azúcar añadido. "Los datos sugieren que los azúcares en general, y la fructosa en particular, pueden contribuir a un riesgo cardiovascular general a través de una variedad de mecanismos", dice el estudio.

Una ingesta diaria de más de 74 gramos de fructosa está asociada con un 30% más de riesgo de presión arterial y un 77% más de riesgo de aumentar las pulsaciones.