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Ocho datos para visitar Pernambuco

Por Nacion.cl / LifeStyle | 31 Julio, 2015 - 15:31
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Llegar a un destino con cientos de atracciones que llaman la atención tanto del paladar como al resto de los sentidos es sin duda una aventura y un privilegio.

Visitar el estado de Pernambuco, al nordeste de Brasil, te asegura encontrar una diversidad de atractivos turísticos para todos los gustos. Pero para poder realmente disfrutar de todo, necesitas al menos de una semana, y como sabemos que el tiempo juega siempre en contra de los visitantes, te entregamos una lista con los infaltables de la zona.

Según recomienda Empetur, Empresa de Turismo de Pernambuco, son 8 los días que un turista debiera disponer para conocer de las bondades de sus ciudades. Es por eso que usamos ese número mágico para escoger de tres zonas distintas, 8 imperdibles, que destacan por su belleza, por lo exótico o su importancia cultural e histórica.

1.- Recife cultural

Recife es la capital de estado pernambucano, donde se aloja el trabajo de uno de sus artistas plásticos más emblemáticos: Francisco Brennand. Esculturas, pinturas y murales son parte del provocador trabajo que inmortaliza parte de la historia y de su propia alma, en piezas únicas sobre la guerra de portugueses y esclavos contra los holandeses; la sublimación de la mujer; la muerte de las culturales latinoamericanas; y el dolor inherente a la vida.

2.- Recife natural y fluvial

Si no eres de los que se maravilla ante las esculturas y el arte, un paseo en catamarán por el Río Capibaribe con una cerveza en la mano y recorriendo la zona del "marco zero" (kilómetro cero) de la capital, es otra alternativa seductora. La vista puede perderse en las bellezas naturales como los manglares y la fauna que allí hace su vida, las suaves marejadas, la costa y sus edificios antiguos, y en la gran atracción del paseo, los puentes que unen esta especie de apéndice del estado donde nacieron Rivaldo y Juninho Pernambucano, entre otros.

3.- Recife histórico

Para estirar las piernas, nada mejor que caminar por el centro histórico de la capital. Desde la "Plaza de Armas" de Recife puedes encontrar desde restaurantes, bares, museos y centros de información para turistas, pero sin duda uno de los que más llama la atención es el animado y colorido centro cultural Paço do Frevo, en la calle Domingos José Martins. A dos cuadras del punto de abordo al catamarán, se encuentra un parte importante del corazón de los recifenses. La manifestación cultural llamada "Frevo" es el pegamento social que une a la comunidad y el eje en torno al que bailan las costumbres.

4.- Olinda

Otro polo de interés, y a menos de 1 hora de distancia en auto de Recife, es la ciudad ubicada un poco más al norte llamada Olinda, la que recibe principalmente turistas europeos, destacando los franceses, quienes van con ganas de empaparse de la cultura que toma forma de históricas iglesias, caminos serpenteantes que se abren paso entre cerros y preciosas vistas panorámicas del mar y de Recife.

5.- Porto de Galinhas gastronómico

Alrededor de una hora y media toma llegar desde Recife hasta Porto de Galinhas, una zona dispuesta a agasajar tanto a los visitantes foráneos como brasileños. Entre sus muchos encantos, la comida tiene un lugar especial. Este "puerto de sabores" es sin duda una delicia para la boca, gracias a sus exuberantes platos que mezclan "frutos del mar" como camarones y pescado con piña, frego (pollo) con queso y tallarines, y caldo de feijao (frijoles).

6.- Porto de Galinhas

Pero la "sobremesa" (postres) no se queda atrás. Pizzas de chocolate, plátanos fritos con queso y helados que combinan distintas frutas, son una pincelada de las abundantes delicias culinarias que encontrarás caminando por la costa y la villa Porto de Galinhas.

7.- Porto de Galinhas natural

Para bajar la comida que de seguro te hará pagar sobre peso en el avión, pero no precisamente de tu maleta, lo mejor es caminar y caminar para descubrir más "maravilhas". Pero también funciona de la manera inversa, es decir, recorrer para tener hambre a la hora de conocer la gastronomía local. Y qué mejor que comenzar el día a las 7 de la mañana (cuando la marea aún está baja) y pasear en buggy, luego en "jengada", para deslumbrarte con las piscinas naturales.

Este pequeño pedazo de paraíso de aguas cálidas y cristalinas forma una especie de piscina en medio del mar, donde la gente va a bañarse bajo el sol mientras los peces nadan alrededor. Dato: llevar sandalias, porque los corales y erizos pueden herir los pies mientras caminas.


8.- Porto de Galinhas

Como lo indica su nombre, las gallinas son parte de la tradición cultural, pero no porque estas aves anden sueltas en la calle (aunque hay en sectores más alejados del mar). El nombre deriva de los tiempos de esclavitud, cuando la gente traída de África compartía el barco con sus grilletes y las "galinhas". Un par de siglos después, el artista brasileño Gilberto Carcará decidió convertir ese amargo recuerdo en una de las postales de la tierra, transformando el sufrimiento en colores y alegría de residentes y visitantes. El pintor y artesano Carcará habilita su taller para atender a quien desee pasar y comparar alguno de sus trabajos.