Reseña
Los nuevos sabores del restaurante "Aguas Verdes" del hotel Villarrica Park Lake
La propuesta de esta cocina, elegida este año por el Círculo de Cronistas Gastronómicos y del Vino de Chile como una de las mejores de regiones durante 2014, está a cargo del chef Andrés Yurjevic.
Disfrutar de delicados sabores, dispuestos de una forma especial en el plato, mientras se aprecia la calma y colores del lago Villarrica, en el sur de Chile, es toda una experiencia. Eso es lo que ofrece el restaurante "Aguas Verdes" del hotel Villarrica Park Lake, el cual es parte de la colección de lujo de la cadena Starwood.
La propuesta de esta cocina, elegida este año por el Círculo de Cronistas Gastronómicos y del Vino de Chile como una de las mejores de regiones durante 2014, está a cargo del chef Andrés Yurjevic y se centra en sabores mediterráneos con toques locales, para poder cautivar a diversos paladares de diferentes partes del mundo. Es así como la influencia mapuche de la región de la Araucanía se deja asomar a ratos, en algunos ingredientes o ciertas elaboraciones.
Con cambios de carta dos veces al año, este restaurante de estilo sofisticado estrenará a medidos de diciembre nuevos sabores, los que quedaron plasmados en su menú de degustación.
Dentro de este viaje gastronómico el maridaje ocupa un lugar especial, por lo que cada tiempo tiene su recomendación de vino, tarea que está a cargo de especializados sommeliers.
Para empezar, hay un sustancioso jamón serrano pata negra, mozarrella marinada, pepperonata, gazpacho y tostadas de pan de higo, plato que logra un buen juego de sabores y una dosis de frescura.
Acá el maridaje está a cargo de un Sauvignon Blanc Cordillera 2013 de Miguel Torres, proveniente del valle del Elqui, el que es ligero, de final corto, acidez baja y con una buena presencia de grafito.
También hay un trío de chupes, donde se puede encontrar jaiba con espinacas, centolla con nueces y camarones. Esta es un plato que cautiva por mostrar lo versátil de su preparación, logrando reinventarse de tres formas diferentes, cada una con una especial personalidad.
Un Gran Reserva Chardonnay 2012 de Miguel Torres es el vino que acompaña, por su textura y sus notas de crema, yogur y mantequilla, lo que le permite ser goloso en boca.
Otra de las opciones de entradas es la pechuga de pato ahumada en casa, servida sobre ensaladilla de hojas verdes, vinagreta de maqui y soufle de pastelera de choclos. La grasitud del pato se complementa muy bien con la salsa, la acidez de la vinagreta y el dulzor de la pastelera.
También están los camarones crocantes servidos sobre hummus de poroto negro con confitura de pimientos rojos, un plato que recoge por la combinación de sabores y texturas, donde el hummus, hecho a base de mantequilla de maní, adquiere un especial protagonismo por su gusto y color.
La mermela de pimientos y el pato son los puentes a la hora del vino, dado que el Mapu Merlot Reserva 2012 es la recomendación para ambas opciones.
Al momento de pasar a los platos principales, se puede disfrutar tanto de pescados como de carnes. Si se trata de los productos del mar, está la trucha arcoiris rellena de queso de cabra, tomate asado y albahaca, servida con quinua de dos tipos con verduras salteadas y mantequilla con ajo confitado y perejil, la cual además de aportarle sazón al plato, le da un toque de emulsión. La quinua está muy bien lograda, consiguiendo ser un acompañamiento que destaca dentro del plato. Acá el vino también es un Gran Reserva Chardonnay 2012 de Miguel Torres.
El otro pescado es un congrio con tempura de locos, crema de espinacas y parisiene de verduras asadas. El congrio se presenta muy sabroso y bien logrado, combinando de buena forma con la deliciosa salsa y las verduras, que adquieren un especial protagonismo en contraste con los locos que pasan un tanto desapercibidos. El maridaje en este tiempo está a cargo de un Chardonnay 2013 de Lomas del Valle.
Si se trata de las carnes, está el filete de ciervo servido con puré de zanahoria y jengibre, vegetales parmetiere y reducción de berries, donde todos los elementos logran un resultado redondo. Acá el vino es un Cordillera Carigan del Valle del Maule, de Miguel Torres, el que marida muy bien por sus notas a mermelada y baja acidez.
En tanto, el medallón de wagyu grillado, servido con ratatuille, papa local asada con pesto de albahaca y reducción de vino tinto gusta tanto por su presentación, aroma y sabor, donde cada elemento hace un gran aporte para lograr un plato suculento y congruente. El vino es un Cabernet Sauvignon 2013 Escudo Rojo, que apunta más a la potencia de la carne y su contenido graso.
Al pasar a los postres está el sufle mokaccino con helado de vainilla y berries glaseados, los cuales dependen de la temporada. Este es un postre con mucha tradición, que tiene tan buena acogida que cada cierto tiempo es reincorporado a la carta.
La mini torta de panqueque de chirimoya alegre y sorbete de frutos también es parte de la oferta y ambos son recomendados con un Grand Manier.
A lo anterior se suman otras dos delicias: el parfait de naranja y jengibre, con trufa de chocolate y almendras con salsa de rosa mosqueta, una preparación redonda y golosa en que no solo se aprecia un buen resultado en los gustos y texturas, sino también en los colores; y el puding de frutillas con cobertura de almendras, salsa de toffee y helado de mascarpone.
Los dos son acompañados de Estelado de Santa Digna, considerado entre los diez mejores espumosos del país, dado que las burbujas de este brebaje refrescan el paladar y permiten disfrutar mejor los postres.
Es así como "Aguas Verdes" no solo ofrece preparaciones sabrosas, sino también bellas en su presentación, donde la incorporación del toque local se fusiona de buena forma logrando un festín de buenas sensaciones.