En su estudio “Science behind the song”, el psicólogo Daniel Müllensiefen -de la Universidad de Londres- subraya que más del 40% de las personas estudiadas reconocen que la música en un encuentro sexual es casi tan importante como el tacto.

 

Las canciones que se eligen para este instante amoroso habla mucho de la personalidad, de los gustos musicales y del contexto en que se encuentra la pareja, porque si se comparte hasta la estética sonora lo cierto es que está casi todo dispuesto. 

 

Una reciente encuesta entre varios medios permite hacer este breve listado de los tres temas infaltables en un encuentro amoroso. 

 

 

 

 

Sexy y lleno de gemidos, este tema del cuarto álbum de estudio de la llamada “princesa del pop" estadounidense, llamado “In the zone”, se robó la atención por sí mismo. No estuvo entre los cinco sencillos elegidos para la promoción del LP, pero la gente lo pedía en las radios. 

 

La letra es sugerente y estimulante, porque si bien dice que que la atracción “está más allá de lo físico”, asegura que “esta noche nuestra imaginación nos lleva a lugares que nunca estuvimos”.

“In the Zone” ha vendido más de doce millones de copias en el mundo y para los críticos es la muestra del paso de Britney Spears de la niña de sus primeros discos a la mujer que ya declara ser.

 

 

 

 

 

El reconocido cantante de soul estadounidense, fallecido en 1984 a los 45 años, es uno de los destacados expositores del estilo Motown Sound, que marcó la sensualidad y cadencia de este estilo.

 

Este tema pertenece a su álbum homónimo, estrenado el año 1973, siendo el número trece en su larguísima discografía. Para la crítica, se trata del más “carnal” de los trabajos de Gaye, un músico talentoso, pero de vida atribulada.

 

El tema es considerado un “prodigio de interpretación”, capaz de expresar sutilezas y secretos. Al comenzar, la canción reconoce que "de verdad he estado intentando contener estos sentimientos demasiado tiempo", por lo que  se dirige a su objeto de deseo para invitarla a un horizonte de plenitud sensual. 

 

Sin embargo, junto a esa intención es posible también entender cierta angustia ante la posibilidad del rechazo, una clara inseguridad. La frase mágica de todo es la que da título al tema, como una atropellada e insinuante invitación que, a la vez, entrega una lección de cómo deben interpretarse las canciones.

 

 

 

 

Tras ser usada en su versión musical como banda sonora en los momentos románticos de la enigmática película “Corazón salvaje” de David Lynch, el tema saltó a mediados de los noventa para transformarse en un tema sensual de primera línea.

 

El tema completo aparece en el cuarto disco del cantante estadounidense, “Heart shaped world”, y su impacto se debe a que un productor radial -seguidor de Lynch- indagó sobre este tema instrumental que funcionaba tan bien en el filme, hasta que descubrió el intenso trabajo de Isaak.

 

El productor programó la versión completa del tema en su estación radial y rápidamente comenzó a trepar en las listas de preferencia. El video del tema, dirigido por Herb Ritts y protagonizado por el propio Isaak junto a la modelo danesa Helena Christensen, fue éxito en importantes cadenas como MTV y VH1.