Reseña
"Máscara", una muestra del inquietante mundo de Stanislaw Lem
Experiencias oscuras e inquietantes se mezclan con dinámicas lógicas en los cuentos que componen "Máscara", selección de relatos de uno de los últimos maestros de la ciencia ficción: el polaco Stanislaw Lem (1921-2006).
Lem es conocido en todo el mundo por su obra más famosa y enigmática "Solaris", que fue llevada al cine por Andrei Tarkovski en 1972 en una versión inolvidable, capaz de poner en imágenes el corpus literario y filosófico del escritor.
En sus libros surgen siempre algunos temas: "la visión de la Naturaleza como una incansable creadora de nuevos y diversos seres, la elucubración sobre los nuevos tipos de inteligencia, la libertad como utopía, los límites de la bioingeniería o la inteligencia artificial", subrayan los editores en la introducción.
Los relatos de este volumen, una bella edición de Impedimenta con una tapa que reproduce una ilustración del filósofo y naturalista alemán Ernst Haeckel, abarcan casi 40 años, publicados entre 1957 y 1996.
En Polonia su obra fue organizada en ciclos, de los que quedaron afuera estos trece cuentos que no encajaban -por el tema o la extensión- y finalmente fueron reunidos en "Máscara", en una traducción al castellano de Joanna Orzechowska.
Sin embargo, a juicio de los editores, "existe un indudable hilo de afinidad" en el conjunto de estos relatos ordenados de manera cronológica con la primera fecha de publicación.
"La rata en el laberinto" (1957), "Invasión", "El amigo", "La invasión de Aldebarán", "Moho y oscuridad" y "El martillo" (1959), "La fórmula de Lymphater" (1961) "El diario" (1963), "La verdad" (1964), "Máscara" y "Ciento treinta y siete segundos" (1973), "El acertijo" (1993) y "La colchoneta" (1996).
La mayoría de las historias son narradas desde el punto de vista del protagonista para describir un escenario y una atmósfera que introduce al lector en la trama pergeñada por Lem, que siempre oscila entre la crónica de los hechos y las alucinaciones.
Estos cuentos son considerados secundarios en la obra del escritor, aunque iluminan sus preocupaciones centrales; la ironía, el humor y los toques surrealistas de su escritura; pero también el desencanto y la amargura por una civilización -la nuestra- con una mirada antropocéntrica sobre el cosmos.
A contramano de otros escritores del género, que se inclinan por seres extraterrestres con características humanoides, el escritor transmite el desasosiego provocado frente a la posibilidad de lo inimaginable y absolutamente desconocido.
Lem nació en Polonia y fue miembro de la resistencia durante la ocupación alemana. En 1946 se estableció en Cracovia y publicó su primera novela "Hombre de Marte", en una revista juvenil. Dos años después terminó la carrera de medicina, especializándose en psicología.
Entre los títulos más significativos de Lem figuran "Solaris", "Diario de las estrellas: Viajes y memorias", "El invencible" y no hay que perder de vista otros textos fuera de la ciencia ficción como "Summa Technologiae", un ensayo filosófico.
Entre los cuentos rescatados del olvido sobresale el que da título al libro, "La Máscara" (publicada en castellano con anterioridad por Minotauro), que hace recordar a Kafka a través de una mantis metálica, tan romántica como escalofriante en sus identidades ambiguas, sobre un escenario que recuerda en sus descripciones a la serie "Games of Thrones".
En el "Moho y oscuridad" hace su aparición una extraña sustancia que no deja de reproducirse y es indestructible, por lo tanto de consecuencias letales e inevitables; y "El martillo", relato que recuerda a la película "2001: Una odisea del espacio", centrado en un viaje espacial y la relación del único tripulante de la nave con el ordenador en una traversía que resulta interminable.
Otro cuento, "La verdad", tiene como escenario un manicomio en el que un paciente cuenta su propia experiencia y nos introduce en uno de los tópicos preferidos del polaco: la imposibilidad de contactar con otros seres; mientras que en "La fórmula de Lymphater" nos adentramos en los meandros la inteligencia artificial, uno de los asuntos favoritos del escritor.
En este cuento Lem apunta: "Hasta ahora -dijo- mis conocimientos abarcan un radio de mil millones de kilómetros pero no pasa nada, Lymphater, tengo tiempo, todo el tiempo del mundo, lo sabes".
"En cualquier caso, sobre vosotros ya lo sé todo. Vosotros sois mi preludio, mi introducción, mi fase preparatoria (...) ya sois prescindibles, aunque no os haré nada; no temas, Lymphater, no me convertiré en un parricida".
Hace unos días el físico británico Stephen Hawking al referirse a la película "Transcendence" -recién estrenada en la Argentina- dijo: "El éxito de crear inteligencia artificial sería el gran evento en la historia humana.
Desafortunadamente podría ser el último, a menos que aprendamos como evitar los riesgos". Algo anticipado por Lem en su obra.