Con catorce años de vida, el bar restaurante Normandie -ubicado en la comuna de Providencia de Santiago, al oriente de la ciudad- se ha convertido en un clásico de la cocina francesa casera con toques gourmet en la capital chilena.

Toda una réplica del concepto bistró parisino, este hermoso local sorprende con “preparaciones inolvidables”, basadas en excelentes productos y una adecuada atención.

El local se define como una brasserie parisina con un servicio informal y elegante a la vez. Sus propietarios lo describen como un espacio “variopinto” donde se puede disfrutar desde una cena muy glamorosa, con clásicas preparaciones de la comida francesa –maridada con una excelente carta de vinos–, hasta un sabroso sándwich acompañado de una fresca cerveza en la terraza.

O solamente un lugar para hacer un alto y pasar a tomarse una buena copa de vino tranquilo.

Bien ambientado, el Normandie fue bautizado en honor al más grande transatlántico francés de 1935. Por ello, está decorado con afiches y pinturas clásicas, todas traídas del país de la torre Eiffel.

Sus platos estrella son el Magret y el Confit de pato; entre las carnes, el Conejo a la cazadora y el Beuf Bourbignon, también el Salmón en papillote y la Trulla rellena.

Entre las entradas el Tártaro de filete, cortado a cuchillo; la ensalada Estocolmo, con palta y salmón ahumado, la Tabla de quesos y Paté de la maison, además de los Choritos al vapor, o “Moules au vin blanc”, plato que Normandie preparó por primera vez en Chile y se ha transformado en un referente.

En Providencia con Manuel Montt, hoy uno de los polos gastronómicos de Santiago, el Normandie se distingue por su propuesta versátil y una carta que ofrece finas preparaciones, pero principalmente platos que nunca se olvidarán y, cuando se regresa, se encontrarán tal cual se probaron la primera vez.

Su nueva carta de vinos, elaborada en conjunto con La Vinoteca, presenta sesenta etiquetas, las que fueron especialmente seleccionadas para maridar con sus especialidades de comida francesa, pastas y sus exquisitos sándwiches, preparados en fresco pan baguette.

Además, sidras artesanales y una veintena de variedades en cervezas nacionales e importadas.

No se puede dejar de probar sus postres, como la Crème brûlée, el Frangipane y la Tarte tatin. El Normandie ha logrado crear un ambiente que le permite nutrirse del espíritu de sus comensales, quienes han hecho de este espacio un lugar clásico del ámbito culinario local.