Reseña

Cyril Connolly, un luchador desde la cultura

Por El Observador/ LifeStyle |  8 Enero, 2015 - 17:03
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Su literatura un tanto rustrada y su intensa pasión por los valores del arte, sobre todo manifestados en su revista "Horizon", hacen de su nombre una verdadera leyenda.

Antes que nada, el inglés Cyril Connolly fue un escritor de ficción frustrado que supo canalizar esa energía detenida en conjuntos de palabras que determinaron su propia salvación. Pasó a la posteridad como crítico y cronista.

Su literatura frustrada y su pasión por los valores del arte hacen de su nombre una leyenda en el ámbito cultural.

Un reciente libro le hace un merecido homenaje, compilando crónicas de viajes, críticas literarias y memorias de Connolly bajo el título "Obra selecta", publicación que en casi mil páginas recoge varias joyas de un autor que aceptó una derrota interior (no convertirse en una gran estrella de la literatura como pretendía) y se transformó en algo mayor: un hombre que con su pluma salvó a la literatura y a las letras de su país en un momento de crisis bélica.

Entre 1940 y 1949, el cronista fue el responsable de dirigir, editar y escribir críticas para la revista literaria "Horizon", que fue un puntal de cultura, arte y refinamiento estético cuando sobre Londres y buena parte de Europa descendía el infierno de la guerra.

Bajo las bombas de los nazis, Connoly defendió los valores de una sociedad literalmente en ruinas. De esas ruinas surgió una visión del hombre y del arte con las que Connolly tanto se embanderó como criticó.

Desde esas páginas Connolly promovió muchos escritores de su país y de los Estados Unidos, mantuvo alto un listón de calidad y de exigencia sobre lo que se escribía en idioma inglés en tiempos de decadencia.

Casi todo lo que escribió Connolly es disfrutable. La antología muestra su capacidad para opinar sobre literatura como una globalidad que trasciende los géneros.

Sea la poesía del último Yeats o las novedades de TS Eliot en la década de 1920, las grandezas de los clásicos griegos y latinos o sus contemporáneos (y compañeros de colegio) George Orwell o Aldous Huxley, la palabra de Connolly es lúcida e ilumina por esta propia luz.

Leer este libro en el verano austral, tan lejos del clima inglés, es un raro ejercicio de variación de temperatura anímica y es también una fiesta para los ojos y para el espíritu.