Reseña

Dacia Lodgy 1.6 GLP Laureate 7 plazas, un aliado del ahorro

Por Javier Millán |  12 Febrero, 2015 - 16:22
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La marca busca hacer aún más atractivo este modelo a los ojos de un comprador que busca lo bueno, lo bonito y lo barato, en un momento en el que las economías familiares están exhaustas por la crisis.

La utilización del Gas Licuado del Petroleo (GLP), también conocido como Autogas, se consolida como un combustible alternativo, mucho más barato que los convencionales y único capaz de llevar a los automóviles a una drástica reducción de las emisiones, especialmente las nocivas, una pesadilla para los equipos de ingeniería de la industria automovilística.

Casi todos los fabricantes tienen en su catálogo soluciones motrices capaces de aceptar este carburante. Pues bien, el empleo del Gas Licuado de Petróleo (GLP) es también recurso en la oferta del fabricante rumano Dacia y protagonista, en este caso, del monovolumen Lodgy sometido a evaluación. Con esta solución, la marca trata de hacer este modelo aún más atractivo a los ojos de un comprador que busca lo bueno, lo bonito y lo barato en un momento en el que las economía familiares están exhaustas por la larga crisis padecida.

Las tres bes, las de bueno, bonito y barato, no han de entenderse como algo peyorativo, sino como el claro efecto de una época de ajustes que ha llevado a muchos conductores a adquirir un vehículo que les proporcione la obligada movilidad sin tener que hacer un gran desembolso de dinero.

Así, el fabricante "low cost: bajo coste" perteneciente al grupo automovilístico Renault ha buscado que a la "supuesta" baja inversión que supone adquirir uno de sus modelos Dacia se una ahora un menor coste posible de utilización.

Para ello, en un momento en que cada vez los propulsores diesel están más en el centro de la diana de los ecologistas y los  gobernantes por sus emisiones nocivas, de consecuencias cancerígenas, según la Organización Mundial de la Salud, Dacia apuesta por la propulsión por GLP, lo que hace también en el resto de los modelos de su catálogo.

Además de emitir menos partículas contaminantes a la atmósfera, el GLP permite un ahorro de entre un 40-45% en combustible respecto a la gasolina por su menor coste. El precio del litro de Autogas es el 50% del marcado para la gasolina de 95 octanos.

La utilización del GLP no implica quedar supeditado únicamente a un carburante, porque este gas, resultante de una mezcla de Butano y Propano, puede, con una mínima adaptación técnica, alimentar un propulsor de gasolina, de modo que este Lodgy, como los demás, puede funcionar indistintamente con Autogas o con gasolina, de modo que la autonomía total del sistema se sitúa en este caso en alrededor de los 1.200 kilómetros.

En el caso del monovolumen Lodgy el depósito de gasolina tiene una capacidad aproximada de 50 litros, a los que hay que sumar los 32 del tanque de gas (para recorrer unos 300 kilómetros de distancia), que va alojado en el espacio destinado a la rueda de repuesto.

El arranque se realiza siempre en gasolina y, al alcanzar una temperatura idónea, de unos 50 grados centígrados, cambia automáticamente al modo GLP.

Cuando se agota el depósito de gas, el sistema cambia automáticamente a la alimentación de gasolina, sin que el conductor note esta transición.

Sin embargo, el funcionamiento con gas o con gasolina sí denota diferencias acústicas, aunque sólo son perceptibles a ralentí. El sistema de inyección del gas es levemente más ruidoso, ya que los inyectores son mecánicos frente a los electrónicos de la gasolina.

En cualquier momento, el conductor puede cambiar del sistema GLP al de gasolina o viceversa. Sólo tiene que pulsar el conmutador situado al lado de la palanca de cambios.

El motor que mueve a este Lodgy es un atmosférico de 1.6 litros de gasolina, con una potencia de 85 CV para mover los 1.205 kilos de peso del coche en vacío.

El binomio 85 CV-1.205 kilos ya nos muestra las limitaciones dinámicas del sistema. No se pueden esperar respuestas brillantes, pero sí suficiencia para mover el coche y eficiencia ambiental por las bajas emisiones, además del saludable ahorro para la economía particular.

Se trata de un vehículo familiar en el que el conductor va a buscar una conducción relajada y en la que, por tanto, no va a poner en aprietos al coche.

La caja de cambios es de 5 marchas, con un buen escalonamiento, y una agradable utilización, sin asperezas entre los salto de una a otra relación. La falta de brío del motor se ha de compensar con una mayor utilización de la caja de cambios para obtener lo mejor de cada tránsito.

Los mejores escenarios para este coche son, sin duda, las llanuras, en la que la resistencia al avance es mínima y se obtiene con cierta facilidad la máxima velocidad legal en autopista. Sin embargo, cuando llegan los repechos y el coche va cargado, no queda otra opción que bajar de relación para que evitar el desfallecimiento del motor.

Un problema de consecuencia acústica es que esas reducciones de marcha van aparejadas a un aumento de la rumorosidad en el habitáculo.

La insonorización no es un punto fuerte del Lodgy, al igual que sus formas cuadradas no son las mejores para una conducción con viento fuerte, ni tampoco por carreteras de curvas cerradas por las inercias que genera una amortiguación confortable y el elevado centro de gravedad del vehículo.

El paso de 0 a 100 kilómetros por hora lo hace en 15,1 segundos y la velocidad máxima está en los 160 km/h. Dos cifras claramente modestas.

Los valores de consumo promedio homologados por la marca son de 6,7 litros de gasolina a los 100 kilómetros y de 8,6 de GLP.

Debido a que se trata de una marca que no suele equipar mucho a sus vehículos, para así poder ofrecer precios competitivos, lo recomendado es irse a la versión más alta, la Laureate, la protagonista de esta prueba dinámica, cuya tarifa es de US$14.700.

De serie, en el apartado de confort, el Lodgy Laureate lleva las citadas siete plazas, aire acondicionado, retrovisores exteriores ajustables eléctricamente, elevalunas delanteros eléctricos, dirección asistida, cierre centralizado o regulador-limitador de la velocidad.

En el capítulo de seguridad, los sistemas ABS+SAFE y ESP, cuatro airbag (delanteros y laterales), fijaciones Isofix para sillas infantiles en las tres plazas de la segunda fila, cinturones de seguridad delanteros regulables en altura, con pretensores pirotécnicos, luces diurnas de conducción (no son de LED) o antinieblas delanteros.

Exteriormente, este monovolumen no destaca por un diseño exterior deportivo o moderno, sino que se apuesta por la sencillez. Su volumen es más cuadrado que el que ofrece el resto de la competencia.

No hay morros afiliados ni los tan habituales grandes faros delanteros con forma de lágrima en la que el protagonismo se lo lleva la "ceja" de diodos LED.

Dacia busca el mayor espacio y funcionalidad posible al menor precio, un reto conseguido claramente en un vehículo que mide 4,49 metros de largo, 1,66 metros de alto y 1,75 metros de ancho.

En los dos asientos supletorios de la tercera fila (no son escamoteables, van recogidos sobre el respaldo de la segunda) pueden viajar personas de hasta 1,80 metros de altura.

Hay que recordar que en la mayoría de monovolúmenes de 4,50 metros los asientos de la tercera fila son solo aconsejables para niños y para trayectos cortos. Por tanto, en el Lodgy van a poder viajar con amplitud siete personas.

La banqueta de la segunda fila se pliega en dos partes (60:40) para poder ampliar así el maletero, que con cinco ocupantes tiene una capacidad de 827 litros.

Esta división permite que los pasajeros de la tercera fila puedan acceder por ambas puertas traseras.

Para ello hay que tumbar hacia delante el respaldo del asiento de la segunda fila y pegar la banqueta al asiento del conductor o del acompañante. Una vez hecha esta operación, queda un amplio espacio para poder acomodarse en los asientos supletorios finales.

El salpicadero, en esta versión, combina un color marrón claro con el negro, lo que hace más agradable la visión de los plásticos duros empleados en la construcción del tablero de a bordo y del resto de los paneles interiores.

El conductor se sienta en una posición elevada, típica de los monovolúmenes desde donde es fácil controlar todas los extremos del vehículo.

Desde el volante, cuyo aro es más fino de lo que ahora es estándar, se puede controlar el limitador-regulador de velocidad o la radio.

Hay varios botones que quedan escondidos a la vista del conductor, lo que hace que deba retirarse la vista de la carretera más de lo deseado para accionarlos.

Es el caso de las distintas salidas de la calefacción, el modo Eco de conducción (que supone perder del todo la capacidad de aceleración del vehículo en pro del consumo eficiente), el botón para poner en marcha el limitador-regulador de velocidad y la luneta térmica.

Tampoco está en el lugar más apropiado el conmutador para pasar de gasolina a GLP o viceversa, que está al lado de la palanca de cambios.

El conmutador contiene cinco testigos luminosos. Cuatro son verdes (cada uno de ellos supone que se ha consumido una quinta parte del depósito) y uno rojo, que cuando se enciende avisa de que no queda GLP.

La boca de llenado del GLP está al lado de la de gasolina. Lo primero que hay que hacer para repostar GLP es retirar el tapón sin llave y, a continuación, se ha de colocar el adaptador especial que hay que enroscar para poder conectar la manguera del surtidor.

En el centro del salpicadero es donde se monta la pantalla táctil de siete pulgadas, desde la que se controla la radio, el navegador y el teléfono.

Su colorido y el ir enmarcada con plásticos con terminación metálica le hacen ganar en calidad al interior del Lodgy.

En suma, el Dacia Lodgy es un monovolumen cómodo y amplío en el que pueden viajar siete personas a un precio mucho más bajo de lo que se estila en el segmento.

Los estándares de calidad que ha aplicado el fabricante rumano son correctos y, en algunos casos, como la colocación de determinados botones, le hacen parecer más antiguo de que lo que es.

Con el uso del GLP es un vehículo a tener en cuenta por el ahorro que se logra al repostar frente a los tan demandados diesel.

Otra ventaja es que ningún otro vehículo en su segmento equipa un motor bi-carburante, con lo que carece de competencia directa, pero sí se sitúa en el segmento como una alternativa a las opciones de carburante convencional.

Características técnias

Longitud 4,498 m.
Anchura 1,751 m.
Altura 1,680 m.
Distancia entre ejes 2,810 m.
Vía delantera 1,492 m.
Vía trasera 1,478 m.
Peso 1.280 kg.
Capacidad depósito gasolina 50 l.
Capacidad depósito GLP 19 kg (33,6 l).
Capacidad maletero 634 l.
Coeficiente aerodinámico N.D.
Posición motor Delantero transversal.
Alimentación Inyección directa.
Cilindros Cuatros cilindros en línea.
Cilindrada 1.598 c.c.
Potencia máxima 80 CV a 5.000 rpm.
Par máximo 131 Nm a 2.800 rpm.
Transmisión Manual de 5 velocidades.
Velocidad máxima 150 km/h.
Aceleración 0-100 15,1 seg.
Consumo medio gasolina 6,7 l.
Consumo medio GLP 8,6 l.
Emisiones CO2 gasolina 155 g/km.
Emisiones CO2 GLP 139 g/km.
Impuesto de Matriculación 4,75 %.
Dirección Asistida eléctrica.
Diámetro de giro 11,1 m.
Frenos delanteros Disco ventilado.
Frenos traseros Tambor.
Suspensión delantera Pseudo Mac-Pherson con brazo inferior triangular y barra estabilizadora.
Suspensión trasera Eje en H flexible con depuración programada y resortes helicoidales.
Tracción Delantera.
Neumáticos 185/65 R 15.
Equipamiento de serie ABS + ESP.
Precio US$14.700.

* Reportaje EFE