Reseña

"El Nacional", el nuevo secreto de Barcelona

Por Ligia Velásquez |  21 Abril, 2015 - 09:00
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Se trata de 3.500 metros cuadrados pertenecientes a un garaje antiguo, construido entre los años 20 y 30, que fue recuperado y habilitado para compartir varios locales con distintas ofertas gastronómicas concebidas por un comité compuesto por cocineros y gastrónomos liderados por el chef Carles Tejedor.

Barcelona es una de esas ciudades que se tiene que visitar obligatoriamente una vez al año para no perderle el ritmo. Un dato importante para quienes nunca hayan ido a esta ciudad es que, para comer bien, se deben escuchar las recomendaciones de los locales. Incursionar por uno mismo puede salir caro y malo.

Uno de los estrenos más nombrados en pocos meses entre los conocedores de la movida catalana es "El Nacional": un fantástico espacio ubicado en Paseo de Gràcia pero, como todas las calles mágicas de la ciudad condal, este lugar está escondido y solo se llega por referencia.

Se trata de 3.500 metros cuadrados pertenecientes a un garaje antiguo, construido entre los años 20 y 30, que fue recuperado y habilitado para compartir varios locales con distintas ofertas gastronómicas concebidas por un comité compuesto por cocineros y gastrónomos liderados por el chef Carles Tejedor, quien también ha diseñado las propuestas de restaurantes de moda como el BY13.

Este grupo ha visitado distintos puntos de la Península Ibérica para obtener las bases de las recetas tradicionales, conocer todos los productos, elementos y técnicas que contribuyen a la impecabilidad del menú.

Al llegar, se ve una puerta de cristal que invita a transportarse a otra época y en una experiencia que promete entretener al asistente.

La grandeza del espacio y la belleza estética a cargo de Lázaro Rosa-Violán y SB Group, sin duda generan en quien traspase sus puertas, una sonrisa automática gracias al disfrute visual que reúne en un solo ambiente, ocho secciones comprendidas por una barra de cervezas especializadas acompañada de tapas clásicas, quesos y conservas, la barra de vinos: acompañados con tapas de queso, jamón de bellota y embutidos, una barra de ostras y caviar acompañados de vino blanco y cava o champagne, pudiendo elegir variedades de pescado y mariscso, como la almeja, el salmón o el atún.

También hay una barra de cócteles con creaciones propias, series de Martini, cócteles de autor y una larga referencia de espirituosos. Está La Brasería donde se puede conseguir exposición de distintas tipologías de carne hechas al gusto del comensal, La Llotja donde el pescado es el rey de la fiesta. Para quienes busquen algo más casual, la tapería es la opción ideal y para picar algo rápido está La Paradeta.

Uno de los sitios que pude probar fue la tapería que tiene su propia dinámica entre mesonero y comensal: solo se pueden pedir las tapas frías. Las tapas calientes, los arroces y los guisados salen de la cocina y son “subastados” (como en Málaga) por los mesoneros, quienes gritan “salió fideuá”, “quien quiere pescaíto frito, pescaíto frito, salió el pescaíto frito”. El precio varía según el plato y por supuesto, es uno de los espacios más divertidos de "El Nacional".

Entre las recomendaciones de los creadores de la carta de este lugar, están las patatas con salsa Espinaler en la barra de cervezas, unas ostras con erizos de mar en la barra de ostras, sorprenderse con la tapa de cojondongo con jamón ibérico, ir a la Llotja para comer el pescado del día, disfrutar de un buen chuletón de vaca vieja de El Capricho en La Brasería y cerrar con broche de oro con un helado en La Paradeta.

Así que, para quienes quieran “nacionalizarse” como ciudadanos de unas de las ciudades más espectaculares de España, "El Nacional" es el lugar.

* Nota El Estímulo