Reseña

Evita en primera persona

Por Tamara Muñoz |  1 Mayo, 2014 - 16:39
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En su libro La furia de Evita, el escritor argentino Marcos Aguinis se pone en los zapatos de Eva Perón. A través de su particular punto de vista intenta develar la vida y muerte de una de las figuras más importantes de su país.

¿Qué sería de Evita si viviera? ¿Una montonera?, tal y como lo consignó el peronismo desde la década de los 70, a través de esta frase que ha ido traspasando generaciones. Mucho se ha escrito sobre la figura de María Eva Duarte de Perón, incluyendo una infinidad de libros que muestran en distintas etapas de su vida y muerte a esta mujer transformada en mito universal.

A diferencia de la célebre "Santa Evita", del escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, Aguinis se plantea escribir desde la propia voz de Evita e imaginar qué sucedería si ella pudiera, desde algún lugar, hablar. Y plantear, desde su propio mundo interior, interrogantes en torno a su propia vida.

De esta manera, a más de 70 años de su muerte, Eva Perón relata su asombrosa historia de vida, en la que se entremezclan relatos detallados con reflexiones llenas de rabia, ingenuidad, asombro y remordimiento. En "La furia de Evita" aparece la joven despreciada desde pequeña, la adolescente violada, la mujer que buscaba a toda costa el éxito, que en plena década de los 50 decide arriesgarse en la actuación y sólo logra encontrar su rol estelar como pareja de uno de los políticos que marcaron la historia latinoamericana.

Por último, sale a la luz la faceta más conocida del mito: la enferma consumida por el cáncer, que se entrega con pasión a los más humildes, en sus últimas horas. La Eva Perón que habla a través de Aguinis muestra sin tapujos su odio a los oligarcas y a quien se le ponga por delante o no complazca sus caprichos, pero también muestra a la mujer que protege con todo a los suyos.

Evita aparece como una mujer que intenta contar su vida sin mentiras, o al menos eso es lo que le hace creer al lector Aguinis, porque a medida que se van recorriendo las páginas del libro, se pierde la frontera entre la realidad y la ficción. El autor se mete en el corazón, la mente, la sensibilidad y los miedos de Evita, pero al mismo tiempo dota al relato de una poesía sutil que es casi imperceptible.

El hilo conductor de la novela es el viaje de Eva Duarte a Europa, en representación de Perón. En constantes saltos al pasado, el personaje cuenta sus mayores desgracias en la vida, se muestra como una mujer de carne y hueso, lejos del personaje y su mito.

Por las 348 páginas del libro desfilan personajes del primer peronismo: el canciller Bramuglia y Raúl Apold, el magnate naviero Alberto Dodero, Ricardo Guardo y su mujer, Lilian Lagomarsino, su hermano Juan Duarte, su peluquero personal, Julio Alcaraz, su cura de confianza, el jesuita Hernán Benítez. Todos ellos se mezclan con hombres que ayudaron a Evita a ascender: Agustín Magaldi, Edmundo Guibour, el director teatral Joaquín de Vedia y Armando Discépolo.

El libro no es una biografía ni un ensayo histórico, aunque se base en una acuciosa investigación. Es una novela electrizante en la que existe una suerte de reinterpretación sobre Evita, que va más allá de los mitos y las consignas que se han construido en torno a ella durante décadas. En cada capítulo la vemos reflexionando sobre distintos temas políticos, históricos y sociales que han ocurrido en Argentina, pero también arrojando su furia, tal y como lo recalca el título del libro.

Es precisamente este sentimiento el que domina al personaje y explica su pujanza para salir adelante, vencer la sordidez de su infancia y entrar en la alta política. En realidad, el lugar que hoy ocupa en el imaginario, intenso y polémico, no se puede explicar de otra manera.