Reseña

"Grandes historias del tenis chileno", un relato vibrante y profundo

Por Héctor Cancino |  26 Febrero, 2015 - 11:27
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Con datos que en ocasiones llegan a ser casi tan célebres como sus victorias, dos periodistas que cubrieron las carreras exitosas de la mejor generación chilena de tenis, entregan un recorrido intenso por la parte no contada del deporte blanco local.

Posiblemente no podría haber mejor camino para transitar por las historias del tenis chileno que el trazado por los más cercanos a esas vivencias durante las últimas décadas. En este caso, los principales testigos del andar de los tenistas nacionales por el mundo fueron los periodistas encargados de cubrir su carrera.

Rodrigo Hernández y Mario Cavalla, autores de este libro, cuentan con una privilegiada carrera por los avatares del periodismo deportivo chileno durante las últimas décadas, con especial atención al deporte blanco. Sus historias relacionadas con el pequeño y a la vez gran mundo del tenis en este país, dan vida a un relato que se va enriqueciendo en la medida que se contrasta con las revelaciones de los mismos actores de aquellas anécdotas.

“Grandes historias del tenis chileno” rememora pasajes inéditos y remotos de este deporte, haciendo justicia precisamente con los momentos en que comenzaron a forjarse esas grandes historias del tenis en Chile. La destacada tenista Anita Lizana y el reputado “huaso” Andrés Hammersley, célebres figuras de la década de los 30 y 40, presentes en la publicación, dan cuenta de esa premisa.

Naturalmente, la robustez y la sal que condimenta lo atractivo del libro está compuesto por las historias modernas de los protagonistas más reconocidos del último tiempo. Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González se revelan de una forma distinta, más allá de los resultados que obtuvieron durante su carrera, a través de la trastienda y el contexto de sus periplos, con datos que en ocasiones llegan a ser casi tan célebres como sus victorias.

Otro de los rasgos que aportan y amenizan el contenido de esta obra son los relatos de reconocidas figuras del medio chileno; personajes de política, moda, música y fútbol, entre otros, que cuentan su estrecha relación con el mundo del tenis.

Llama la atención la mayoría de estas narraciones, ya que se tratan de facetas desconocidas en aquellas personas y que empatizan directamente con quienes no son fanáticos acérrimos del tenis. La gracia, novedad, sorpresa y simpatía de estas historias complementan de gran manera el sentido más transversal y diverso del libro.

Nota especial merece el capítulo en que González y Massú, durante una concentración para disputar Copa Davis en Canadá 1996, hicieron gala de su particular entusiasmo juvenil. Aún siendo juniors fueron convocados al equipo, pero debieron alojarse en una pieza compartida.

Sorpresa mayor fue la que se llevaron los encargados de la delegación chilena en el hotel cuando se les cobró un gasto extra de 800 dólares, proveniente de la pieza de los huéspedes Massú González. ¿La razón? Habían accedido a contenido especial pay per view. Seguramente, se imaginará qué tipo de películas habían sintonizado los jóvenes deportistas. Como sea, la rememorada anécdota puede leerla completa en el libro.