Reseña
"Historia viva", releyendo la biografía de Hillary Clinton
En días en que la trayectoria política de Hillary Clinton retoma su interés por la Casa Blanca como objetivo, es posible releer su autobiografía publicada hace casi una década, en la que reflexiona sobre sus años junto al mandatario Bill Clinton, con todas las vicisitudes que ello significó.
La ex primera dama de Estados Unidos es, sin duda, un personaje de gran atractivo masivo. Paradigma de la mujer moderna, esa que pudiendo llevar un matrimonio de décadas no se ve marcada por lo que ocurre ahí y que cultiva una vida que –como la de cualquier hombre- puede disociarse de lo que sucede en la vida marital.
Más aún, en rigor son realmente muy pocas las esposas de ex mandatarios estadounidenses que mantienen notoriedad. Y son menos las que, más aún, han vivido experiencias que pudieron ser traumáticas y –sin embargo- retoman el vuelo no sólo como un Ave Fénix, sino que con una gracia y una ambición a prueba de balas.
No cualquiera pasa la prueba de la mancha en el vestido de una becaria, tras un rápido paso por la Sala Oval donde trabajó su marido…
Es el caso de Hillary. Su autobiografía de emotivo título y mucho ruido llamado “Living history” demuestra en sus más de 500 páginas a una mujer que no titubea ante el prurito del poder y que, más aún, demuestra sagacidad a todas luces para desenvolverse en él. Sabe lo que quiere y cómo encantar las serpientes justas para lograrlo.
De allí es que no sorprende que sólo en su primer día de puesta a la venta se transaron más de 200.000 copias. Con ese ritmo, la editorial Simon & Shuster recuperó rápidamente los US$8 millones que le costó la compra de los derechos de tan esperadas reflexiones y memorias.
El entusiasmo por Hillary desborda así cualquier encuesta o estudio de mercado. A la gente le interesa esta mujer inteligente, un poco nerd en su paso universitario, pero que después –gracias a su olfato, a su indudable inteligencia y a su profunda capacidad por triunfar- fue la creadora de esa extraña y también muy atractiva figura política llamada Bill Clinton.
UN OJO AQUÍ Y EL OTRO ALLÁ
Claro, muchos dirán que el libro se vende porque Hillary no oculta el affaire de su esposo con la becaria Mónica Lewinsky, pero eso no explica tampoco el interés por la ex primera dama. Después de todo, aparte de decir “como su esposa, tenía ganas de ahorcar a Bill”, no hay mucho más.
Ella explica que no se divorció del inquieto ex presidente por una razón demasiado sencilla: “Nadie me entiende mejor, ni nadie me hace reír como él (…) Incluso después de todos estos años, es la persona más interesante y llena de vida que he conocido”.
A pesar de los trucos, aquí no hay secretos. El libro, que fue manuscrito y pasado a computador por un asistente, busca claramente posicionar a Hillary en sus aspiraciones políticas. ¿Alguien dijo autocrítica? Lo cierto es que hay en algunos pasajes una que otra palabra que podría leerse como eso, pero lo cierto es que en este libro entretenido para las masas y de lectura ávida, la señora Clinton se da lujos bien dados.
Remece al fiscal independiente Keneth Starr (el que investigó el desluengado desliz de Bill y Mónica) y a varios de sus correlegionarios que les movieron el piso mientras estuvieron en la Casa Blanca. Da cuenta de sus variadas visitas por el mundo, de su accionar social, de su preocupación por la situación de las mujeres en Estados Unidos y en el mundo, por la importancia que le da a la familia dentro de la sociedad y su mirada en torno a América Latina, que visitó en varidas ocasiones.
El libro es revelador, sin quererlo por cierto, en torno a las huellas que el camino de la política deja en el alma. Si bien Hillary devela voluntariamente sólo lo que quiere, deja la puerta abierta también para otras cosas. Y por eso se trata de un libro interesante si se lee con mayor atención.
Con esas reflexiones que desliza, a veces profundas y a veces cercanas a lugares comunes, se observa una mujer ambiciosa. Es la Hillary que surge para presentarse como candidata presidencial. Los Clinton saben que las carreras políticas son a largo plazo, las cartas aquí están echadas. Hillary camina hacia la Casa Blanca nuevamente.
Ahora, en política también hay que saber dar virajes rápidos y cortos. A Hillary le bastaron 45 minutos con Barbara Walters en la cadena ABC para levantar polvareda, ganar titulares y generar debate. Mientras el Partido Demócrata dilucidaba la ecuación de ser críticos con Bush Jr. sin aparacer como antiamericanos, Hillary siempre supo cómo hacerlo, sin abusar.
Cuando debe, se presenta comprensiva; y cuando no, pega el garrotazo. Después de más de 500 páginas -si bien algunas más sabrosas que otras, pero reconociéndolas muy entretenidas- queda un sabor intenso sobre las sombras que conviven en las avenidas del poder. Hillary se esmera por no exhibir grietas, pero devela algunas por allí.
Lo importante para ella es que con este libro fijó claramente su horizonte, que la tiene con un ojo en el día a día y con el otro en la recordada Casa Blanca.
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