Reseña

"Las horas más oscuras": Churchill, en toda su gloria

Por Concepción Moreno/ El Economista.com.mx |  30 Enero, 2018 - 08:40
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Interpretando al primer munistro británico de la Segunda Guerra, Gary Oldman se perfila como el más seguro ganador del Óscar.

La historia no parece historia cuando está pasando. La Historia con mayúsculas, así como nos la enseñan en la escuela, parece una colección de hechos gloriosos en los que todo mundo supo exactamente qué hacer en el momento justo.

Eso no es la historia. La historia en caliente está conformada por mujeres y hombres llenos de fallas que muchas veces no saben qué hacer y qué se dejan llevar por sus pasiones más que por estrategias. El éxito llega por pura suerte.

Por eso es grande Las horas más oscuras, de Joe Wright, la cinta por la que Gary Oldman está siendo celebrado como lo que es: el mejor actor inglés de su generación. Seguramente le valdrá la nominación al Óscar y ganará.

Oldman, de 56 años, está irreconocible como el Churchill de 66 años que es elegido primer ministro durante los años más deshonrosos de lo que después conoceríamos como la Segunda Guerra Mundial.

Todo parece indicar que Hitler se hará con Europa en cualquier momento. Neville Chamberlain (magistralmente interpretado por el actor de carácter Ronald Pickup), falló como primer ministro: no supo ver en el canciller alemán lo que era, un adicto al poder, un expansionista que no sería detenido por la diplomacia.

Y henos aquí con el mundo en vilo y sólo un borrachín hábil para la retórica entre el abismo y el mundo. Winston Churchill, un político sin gloria que ya parece estar en las últimas es elegido primer ministro mientras el mundo mira.

Lo interesante de Las horas más oscuras es que es un acercamiento tal a la figura de Churchill en el mes más terrible de su vida que el espectador siente tanta admiración como compasión por ese bulldog lleno de energía, dado a la ira, apasionado, de mente estratégica pero no siempre atinada; un aristócrata alcohólico que desayuna un whisky, come una botella de champán y cena con cognac. En algún momento de la historia Churchill sube, por primera vez en su vida, a metro de Londres y tiene un intercambio importantísimo con el Pueblo. La escena, puro populismo, demuestra el hábil político que fue Churchill: por un lado con la gente de su lado, por el otro con la capacidad de atraer (u obligar) a sus enemigos a su bando.

El Churchill de Joe Wright, director, y Gary Oldman es entrañable precisamente porque no es perfecto. Últimamente Churchill ha sido una figura revistada. En la primera temporada de The Crown, John Lithgow, hace una divertida caricatura y en teatro en la Ciudad de México el actor Sergio Zurita le dio vida en Tres días en mayo, obra de teatro que lidia exactamente con el mismo momento que Las horas más oscuras.

Hablando de Joe Wright, el director ha hecho su carrera documentando distintos momentos cruciales de la historia de Gran Bretaña. Como la cinta Dunkirk de Christopher Nolan, Las horas más oscuras habla de milagros civiles y esfuerzos democráticos, aun en los momentos más bajos de la civilización.