Reseña

Motosíntesis: una vida a toda velocidad

Por Francisco Domínguez/ Excélsior |  22 Febrero, 2018 - 09:15
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Un libro que se lee con la adrenalina que imprimen las dos ruedas, las caídas y llegadas a la meta por los sinuosos caminos del destino.

Encontrar la muerte sobre una moto pareciera un peligro latente. Que sus dos ruedas rescaten una vida pudiera ser un caso extraído de la imaginación.

La historia de Alfonso Betancourt no es ficción, pero tampoco un cuento de hadas. Aunque pudiera parecer una novela, Motosíntesis es un libro escrito por el empresario mexicano que muestra momentos de su vida que pasaron a toda velocidad, en reversa y por sinuosos caminos que al final llevan al viajero al destino que siempre buscó.

"Hay muchos gurús que hacen libros complicados para gente que está metida en esa búsqueda espiritual, yo quería que cualquier persona pudiera entender que la vida está llena de retos, pero también de aprendizaje y que no tienes que dejar tu ropa, tu departamento o lo que sea para tener una vida espiritual. Hice el libro intentando transmitir mis experiencias de vida, de una forma fácil a la gente”, comenta Betancourt.

“Pareciera que mi vida iba a ser muy difícil, pero por una cosa muy estúpida, que era mi fascinación por las motos, lo hizo más fácil”, agrega.

Sin ser precisamente un libro de motos, una autobiografía, ni una guía de superación personal, en las páginas de Motosíntesis el autor comparte las lecciones aprendidas a lo largo de los años, con las motocicletas como hilo conductor y con el fantasma de su padre, trascendental en su vida por ser quien le inculcara el gusto por los motores y quien orillara a su familia a caminos de completa oscuridad.

Con episodios que van desde su niñez, huyendo de la justicia por delitos de su papá, hasta momentos de soledad total, entre excesos, traiciones, visitas al pavimento y discusiones con la conciencia, Alfonso Betancourt lleva paso a paso al lector por cada uno de los puntos angulares que marcaron su camino. El aprendizaje por medio del caso ajeno es, para el autor, igual de importante que el que se obtiene de la experiencia propia.

Según el autor, "no en todas las personas es necesaria la desgracia. A cada persona le toca una vida diferente. Lo más importante es ser feliz. El éxito para mí es la felicidad, no importa si eres rico, pobre o multimillonario, si eres feliz ese es el éxito”.

- ¿Cuál es la clave para encontrar la felicidad?
- La perseverancia.

- ¿En la vida hay que arriesgar y ser intrépido como en la moto?
- No. Vas aprendiendo a cuidarte, a protegerte, a elegir caminos. La madurez es ver la puerta falsa y no tocarla. Hay momentos para ser arriesgado y hay otros en los que no hay necesidad de serlo. Algunas personas necesitamos cruzar caminos muy sinuosos para encontrar nuestro destino. Siempre decía: ‘si vas caminando y ves que enfrente hay una tormenta, crúzala, porque si quieres evadirla en algún momento te va a alcanzar’. El estigma del motociclismo era de personas toscas, abruptas, irreverentes, fuertes, irrespetuosas o de machos, pero el mundo cambió y ahora el motociclista es una persona a la que le gusta viajar, compartir, que se suma a causas, que le gusta la amistad.

- Llevas ocho años sin correr motos en pista, ¿extrañas esa sensación de peligro?
- No. Nada. Ya no quiero, me estreso.

- ¿Hay algo que demostrar en la vida?
- Pasión, a lo que sea. No te levantes ni camines sin sentir pasión.

- ¿Cuál es tu pasión ahora?
- Todos los sábados en la mañana mi hijo me espera con su casco, tiene su motito, y es dar varias vueltas por la privada con él.

La conexión con la motocicleta es para Betancourt un momento consigo mismo, una manera de meditar, de estar atento, de vivir el aquí y el ahora. “El mejor mensaje que te puede dar una moto es sobre la libertad”, considera.

Con ilustraciones de Josafat Miranda, Motosíntesis llegó a las librerías a finales de 2017 con respuesta positiva del público. Bajo el sello de Algarabía Editorial, el autor, fanático de las motos y apasionado de la vida, desea llegar a las personas que tengan algún tipo de barrera para lograr sus metas y superación en la vida.

“Quiero que me lea el ejecutivo, el cajero, el que trabaja en una cafetería, en una oficina, el repartidor, el mesero. Les quiero hablar a ellos porque yo estuve en su lugar alguna vez. ¿Si quiero hablarle al intelectual o al espiritual? Claro, pero más a las personas que ven limitantes, a personas que pudieran ser catalogadas como comunes, porque creo que nadie lo es.

Motosíntesis bien podría ser una guía para padres con el caso que vivió Alfonso Betancourt, quien busca cambiar los rumbos que condujo, siendo un mentor distinto al que le tocó tener en ausencia. Con dos hijos, el escritor quiere dejar un legado en ellos y mensajes para educar a personas con gran sentido humano, apoyado por su mano derecha y gran amor: su esposa.

- ¿Te consideras un buen padre?
- Sí. Totalmente. Me costó mucho trabajo ser papá porque eso yo no lo traía.

- ¿Cómo serlo?
- Debes estar despierto, respetar a tus hijos, no sentirte más chingón que ellos. Sólo tienes más experiencia, pero son iguales a ti. Quiero enseñarles eso, el respeto, a ellos mismos y a los demás.

- ¿Qué hubiera sido de Alfonso Betancourt sin las motocicletas?
- No hubiera sido Alfonso Betancourt. Mi primer ruido cuando era pequeño fue “run, run”. Me preguntan que cómo le hice para ser empresario, exitoso, que dónde estudié, etcétera, y les contesto que yo sólo quería una moto, pero como siempre quería una mejor a la que tenía, pues trabajaba más, y con eso vino la superación. Yo no quería éxito, lo que buscaba era una moto.

- ¿Los caminos de la vida son como tú pensabas?
- No, para nada y ahí está la magia. Me sorprendo y qué bueno. Ahora, a los 42 años, sí quisiera que fueran como yo pensaba, hacer planes, pero las cosas siempre cambian, no hay nada trazado, nada definido, pero lo que sí sé es que tengo que aprovechar el tiempo al máximo.

- ¿Admiras a algún piloto?
- No. No soy de ver carreras. Me aburro, preferiría estar en la pista. Sí admiro a alguien, a Alejandro Jodorowski por ejemplo. Pero al ser que más admiro es a mi esposa.

En los caminos, como en la vida, para Alfonso Betancourt es importante estar preparados, atentos y nunca dejar de aprender para que el destino traiga gratas sorpresas.

"Llegué a tener la mejor moto y encontré a la mejor esposa del mundo cuando estuve listo para ellas. No ellas para mí, todo llegó cuando yo estuve listo”, concluye.