Reseña

Need for Speed Payback: un choque estrepitoso, pero sin heridos

Por Nicolás Borcoski/ La Nación.cl |  30 Noviembre, 2017 - 09:17
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La última entrega de la saga tiene altos y bajos, pero sigue siendo un miembro necesario de la "familia", una muestra de que sí se puede redimir.

Con una larga historia bajo el brazo, los fanáticos sabían qué esperar con la llegada de un nuevo miembro de la familia Need for Speed, pero lo que recibieron fue muy distinto a lo que pensaban.

Need for Speed: Payback llegó a las consolas este noviembre con la presión de cumplir las expectativas y -al menos- con lo que un juego de la saga de carreras demanda, pero por distintos motivos, el resultado no es el mejor con elementos que resultan más frustrantes que novedosos.

La nueva entrega llega de la mano del estudio Ghost Games, el mismo que ha estado a cargo de la franquicia desde 2013 y con la misión concreta de estar a la altura de las expectativas. ¿Lo logró? La respuesta: a medias.

Y es que finalmente Payback se convierte en un juego predecible y plagado de clichés. La historia principal es simple: tu personaje es contratado para un misión, es traicionado y ahora busca venganza (payback en español).

En realidad, tus personajes son tres: Tyler, Mac y Jes, cada uno experto en las carreras en distintos estilos. Juntos se enfrentan a La Casa, una mafia que controla la ciudad de Fortune Valley, inspirada en Las Vegas.

Y cuando decimos controla, hablamos de los casinos, carreras clandestinas y la policía.

Al final la historia principal se hace breve y cumple con lo que se esperaba.

Pero ese no es el único punto en contra de NFS. Como juego de carreras y persecuciones, los desarrolladores saben que uno de los puntos a favor son los mapas abiertos que te permiten escabullirte por la ciudad. Lamentablemente, para Payback pensaron diferente e intentaron innovar con un sistema de checkpoint y de tiempo. O sea, tienes que huir por un camino determinado marcado con anillos, en el menor tiempo posible.

Así se acaba uno de los mejores atributos de este tipo de juegos. Por ejemplo, en un momento escapaba de la policía con tres patrullas detrás de mí, cuando llegué al último punto de control, ellos solo desaparecieron y la misión fue superada.

Sin embargo, el juego sí tiene acción y adrenalina, también tendrás que competir contra el reloj, aunque sin una historia muy satisfactoria. Además con personajes poco entrañables.

Y aunque la historia puede ser breve, el mapa abierto está plagado de misiones secundarias como carreras y desbloqueo de autos de desagüe. Ahí la idea es dar con un auto secreto coleccionando sus partes repartidas en distintos puntos y que encuentras con verdaderos “mapas del tesoro”.

Además, el modo multijugdor da un respiro al juego que da realmente un aire a lo que es Need For Speed.

La diversión está presente y hay mejoras en comparación con la entrega anterior, por ejemplo, ahora sí podemos poner pausa. Y aunque tenemos a disposición solo 78 modelos de vehículos disponibles, tenemos posibilidad de “enchular” cada uno, pero con un sistema genérico de tarjetas, que deja mucho que desear.

Al final, logró superar al juego anterior, pero no totalmente logrado, pero sí marca un indicio de que la próxima versión sí puede mejorar… esperemos.