Reseña

Reedición de novela "El sangrador", cuando el entusiasmo es más fructífero que la certeza

Por Claudio Pereda Madrid |  28 Octubre, 2014 - 11:39
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Apolonio Mancuso es un flebótomo experto que bien puede “sacar una bala como salvar una muela”. Pero todo cambia cuando llegan los primeros dentistas universitarios y debe buscar la manera de reorientar su vida a los 70 años.

Aunque la historia de "El sangrador" se sostiene en el personaje central, el proto dentista Apolonio Mancuso, lo cierto es que la primera novela del autor chileno Patricio Jara (publicada originalmente el año 2002 y recientemente re-editada) ofrece un cuadro más amplio que la vida de un flebótomo.

Es también la historia de una sociedad en cambio, de un mundo que progresa desde el choque entre el conocimiento y la curiosidad, de cómo los entusiasmos a veces son más fructíferos que las certezas.

Apolonio Mancuso es un flebótomo experto en el “arte de sangrar”, que bien puede “sacar una bala como salvar una muela” y que vive en la zona de Antogafasta, durante los años previos a la Guerra del Pacífico. Más allá de lo que podría imaginarse, no se habla de un área geográfica despoblada y poco moderna.

Por el contrario, se trata de una región vitalmente cosmopolita, aún bajo administración boliviana, a la cual llegan inmigrantes de diversos lugares del mundo.

En ese contexto, surge la historia de este “sacamuelas” de finales del siglo XIX que vive todas las peripecias de un anti-héroe, buscando en forma constante su propia salvación, a partir del momento en que se concreta la llegada de los primeros dentistas universitarios, quienes se transforman rápidamente en figuras con sus revolucionarios tratamientos para aliviar los dolores y las molestias de la boca.

Mancuso ve cómo la compleja labor a la que le dedicó tanta entrega y sacrificio, de un día para otro se convierte en su propia condena.

Buscando sobrevivir y reencontrar su dignidad perdida, recaba papeles, investiga como único parroquiano en la biblioteca de la zona y se entera de que hace algunos años en Estados Unidos se había inventado el primer taladro dental.

Mancuso sabe inmediatamente que, a sus 70 años, allí se encuentra la razón de su próxima lucha vital: ser el primero en estos rincones en construir el primer taladro para uso odontológico. Sin haber pasado nunca por una universidad.

Si bien la novela no destaca especialmente por su vuelo creativo, es un muy buen primer ejercicio literario. Tiene una dirección correcta, un lenguaje un poco contenido, pero de acciones sorpresivas y de permanente tensión dramática.

Gracias a esta primera novela, Jara -quien es nacido y criado en la ciudad de Antofagasta- obtuvo merecidamente el premio a la mejor obra inédita por parte del Consejo Nacional del Libro de Chile el año 2002.

En su momento también contó con un recibimiento positivo por parte de la crítica, demostrando un estilo riguroso y de respetable peso intelectual. Con atractivos trazos de humor e ironía, el devenir de Mancuso logra una inmediata conexión con el lector.

Un punto atractivo es la descripción de una ciudad en pre-guerra sin saberlo, lo que da cuenta de que las sociedades no siempre saben los que se les avecina y -a veces- no son responsables de su futuro. El punto es que en medio de ese momento especial, en que la modernidad y la tradición se rozan permanentemente, el personaje central decide dar un salto complejo.

Mancuso se ve forzado a innovar. Quizás si hubiera obtenido todos sus conocimientos en un salón de clases, con el grado de seguridad que muchas veces aquello implica, no hubiese sentido el vacío que lo llevó a dar un paso más y a arriesgarse. Esa dinámica está muy bien descrita y es el alma de una historia correctamente narrada.