Tomás Eloy Martínez murió en Buenos Aires en 2010, sin embargo, su trabajo sigue vigente y dando sorpresas. Un ejemplo es "Tinieblas para mirar", un texto que si bien no fue ideado por el autor de novelas clásicas de la literatura argentina contempla diversos trabajos éditos e inéditos recopilados por su hijo, Ezequiel Martínez.

Por ello, es que el libro contempla una "Nota posliminar" escrita el año pasado por Ezequiel Martínez donde explica el origen de algunos relatos y sus modificaciones, cómo halló los inéditos, además de algunas anécdotas familiares que le dan contexto a los escritos, dejando entrever además el pensamiento y el proceso creativo de este escritor que fue columnista de "La Nación" de Buenos Aires, "El País" de Madrid y de "The New York Times Syndicate".

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Este apartado es un plus dentro de este libro, pues una vez finalizada la lectura de los 14 cuentos que lo componen es interesante ver al autor a través de los ojos y recuerdos de su hijo, lo que le entrega un valor especial a los ejercicios narrativos.

"Tinieblas para mirar", publicado bajo el alero de la editorial Alfaguara, es, principalmente, una mirada a diversas realidades de Argentina, en variados períodos de su historia. Nada más claro que la narración que abre el libro, "Confín", el cual desnuda el alma argentina y el cuento del mismo nombre que el libro, el que desvela la obsesión de quien recibió el Premio Alfaguara de Novela por el destino del cadáver de Evita Perón.

Si bien, hay otros relatos que no tienen una relación directa con el país natal del autor, todo en cierta forma es un espejo, a veces certero otro más distorsionado, de Tomás Eloy Martínez, quien a pesar de su exilio nunca dejó de mirar y escribir sobre su país natal.