Reseña

The Walking Dead: 100° capítulo marcó el flojo arranque de la octava temporada

Por Fausto Ponce/ El Economista.com.mx |  24 Octubre, 2017 - 09:28
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Si la segunda entrega no es capaz de explicar algunos huecos de la primera y levantar la pasión de los espectadores, la serie podría decaer violentamente.

El inicio de la octava temporada de The Walking Dead fue muy decepcionante, con el potencial para generar un poco de frustración, luego de una temporada donde nuestros héroes recibieron palos sin cuartel. El centésimo episodio, llamado Mercy (Misericordia), no tuvo la contundencia usual de un inicio de temporada, de hecho fue confuso en diversos puntos de la historia.

En el capítulo 100, Rick (Andrew Lincoln), Ezequiel (Khary Payton) y Maggie (Lauren Cohan), preparan a sus respectivas comunidades para la batalla en contra del malo más malo que ha existido en la serie, o sea, Negan (Jeffrey Dean Morgan); quien en la temporada anterior puso a casi todo el elenco de rodillas, humillando y asesinando a más no poder.

Todo bien con el inicio, pues de entrada Rick nos recibe con un discurso alentador sobre el futuro, incluso por ahí vemos escenas de un Rick envejecido —aunque nunca queda claro si estas imágenes son reales o no—, además, vemos a nuestros personajes queridos juntos, en plan de venganza. Sin embargo, a partir de aquí, la trama se desarrolla de manera fragmentada, no sólo en puntos de vista sino en extraños saltos temporales que nos desvían de ciertas respuestas.

Aunado a lo anterior, tenemos un plan que resulta poco claro... así que, de pronto, es fácil sentirse perdido en cuanto al meollo del asunto, aunque en el desarrollo de los hechos se entiende en lo general, pero no así el plan de Rick: ¿por qué planearon lo que planearon? Y ¿por qué todo terminó como terminó?

Por otro lado, ¿el grupo de Negan no tenía nada planeado ni previsto? Anteriormente ya se han adelantado a los planes de sus adversarios, pero... ¿y esta vez? Al final, parece ser un capítulo caótico de manera innecesaria, y algo críptico para un arranque de temporada.

Mercy no resulta emocionante. Si el inicio de la temporada 7 fue tan brutal que uno podía pensar que ya no tenía sentido ver la serie, éste nos hace pensar si de verdad esto que vimos es el comienzo de la temporada 8: quizá se equivocaron de capítulo, quizá está mal editado y le faltaron 15 minutos... En fin.

Curiosamente, el actor Andrew Lincoln piensa que en esta temporada, la serie había recuperado su mojo (esencia vital), mismo que había perdido a punta de batazos en la temporada anterior. Al parecer, la oscuridad de Negan permeó en la vida real y en el ánimo de los actores, de tal manera que no disfrutaron su trabajo como en otras temporadas. De alguna manera, ese sentimiento permeó en los espectadores, minando las ganas de ver la serie: la temporada comenzó con un rating de 17.03 millones de espectadores y terminó en 11.31 millones en EU.

Los números de The Walking Dead aún son fuertes, pero tampoco hay que ser confiados. Si el segundo capítulo no es capaz de explicar algunos huecos del primero y levantar la pasión de los espectadores, la serie comenzará a decaer de forma violenta.

Este primer episodio deja mucho que desear y quizá la audiencia aguante un segundo para dar el beneficio de la duda, pero si de ahí no mejora, sólo quedará la nostalgia, y con ella, los números que por tantos años han ido construyendo y que muchas series quisieran tener seguirán en declive.